26/07/2016, 17:56
Teniendo su mirada en aquella estructura alta, no estaba del todo atento a la puerta. Si estaba atento a los sonidos que pudiesen provenir de esta, sería un sinónimo de que alguien estaría por abrirle y darle alguna posible información sobre lo que estaría pasando en aquel lugar. Pero nada mas lejos de la verdad...
Al volver sus ojos a la puerta, tuvo el tiempo suficiente como para cerrarlos y evitar que se le llenaran de polvo, no así con el resto de su cuerpo. Se mantuvo inmóvil durante unos segundos, levantó su puño ligeramente y lo apreció por un tiempo.
No... no fui yo...
Estabas mas que seguro que no había usado ninguna técnica contra aquella pobre puerta, había usado técnicas contra inocentes civiles pero solo una vez había golpeado una estructura y había sido accidentalmente. En esa ocasión la culpa no había sido suya sino de la falta de mantenimiento que tenia la casa, producto del abandono total.
Hm... mis disculpas, Kato-chan...
Exclamó por lo bajo, disculpándose por el descuido que había tenido a la vez que se limpiaba el rostro y se sacudía la ropa del polvo y todas las cosas que le habrían caído encima cuando "abrió" la puerta.
¿Profundidades? Me parece que alguien ha estado leyendo demás.
O quizás había estado viendo demasiado, la única referencia que tenía sobre lo que había dicho Len era una obra de un autor que llego a leer hacía mucho pero que no le había terminado de cautivar, gustos y gustos. Había una pequeña razón por la cual Mogura no era poco a poco apresado por el temor, dentro de todo sus teorías parecían ser acertadas, como conocer el truco de un artista callejero.
Pero dentro de esa casa habían algunos muebles, en su momento habrían sido útiles pero el tiempo habría hecho lo suyo, en las paredes colgaban los cuadros. Se aproximó hasta uno de ellos y lo limpio un poco.
Una cabra...
Sus ojos miraban a la cabra y los ojos de la cabra parecían mirarlo a él. No se quedó mucho mas dentro del lugar, no tenía nada más que hacer ahí ¿o el miedo había empezado a lanzar una que otra chispa a la fogata del pavor de Mogura? Era una simple foto, de una simple cabra.
Sacó el cuadro y lo llevó afuera para mostrárselo a sus compañeros.
Miren hay fotos de cab-
Fue entonces que la campana sonó, inundando de sonido la escena por un momento.
¿Una campana? Alguien la debe haber tocado, ese alguien podría guiarnos.
Señaló algo obvio, sin querer darle lugar a su mente para que haga una teoría poco realista sobre criaturas de historias de miedo o cosas por el estilo.
Pasaría junto a Len y le dejaría la foto en las manos, seguidamente se pondría a un lado de la kunoichi de pelo blanco, dejándola en el medio.
No es exactamente una formación de guerra... pero yendo todos juntos nadie se perderá.
Una vez hubiesen llegado a la plaza, Mogura admiraría el detalle de la campana y su poste, su mente escéptica trabaría una posible respuesta lógica a aquel misterio.
Bueno... un cuervo podría haberse parado sobre la campana y al echarse a volar empujaría la campana, haciéndola sonar...
Tenía su cuota de sentido, pero no llegó a ver el dicho pájaro, prácticamente estaba especulando. El lugar era muy raro y su subconsciente trataba de mantener las cosas en orden. La puerta fue un detalle que si le llamó la atención. Miró a sus compañeros entonces y dijo.
¿Quieren que vaya a golpear?
Con un poco de suerte no tiraría abajo la puerta en esa ocasión.
Al volver sus ojos a la puerta, tuvo el tiempo suficiente como para cerrarlos y evitar que se le llenaran de polvo, no así con el resto de su cuerpo. Se mantuvo inmóvil durante unos segundos, levantó su puño ligeramente y lo apreció por un tiempo.
No... no fui yo...
Estabas mas que seguro que no había usado ninguna técnica contra aquella pobre puerta, había usado técnicas contra inocentes civiles pero solo una vez había golpeado una estructura y había sido accidentalmente. En esa ocasión la culpa no había sido suya sino de la falta de mantenimiento que tenia la casa, producto del abandono total.
Hm... mis disculpas, Kato-chan...
Exclamó por lo bajo, disculpándose por el descuido que había tenido a la vez que se limpiaba el rostro y se sacudía la ropa del polvo y todas las cosas que le habrían caído encima cuando "abrió" la puerta.
¿Profundidades? Me parece que alguien ha estado leyendo demás.
O quizás había estado viendo demasiado, la única referencia que tenía sobre lo que había dicho Len era una obra de un autor que llego a leer hacía mucho pero que no le había terminado de cautivar, gustos y gustos. Había una pequeña razón por la cual Mogura no era poco a poco apresado por el temor, dentro de todo sus teorías parecían ser acertadas, como conocer el truco de un artista callejero.
Pero dentro de esa casa habían algunos muebles, en su momento habrían sido útiles pero el tiempo habría hecho lo suyo, en las paredes colgaban los cuadros. Se aproximó hasta uno de ellos y lo limpio un poco.
Una cabra...
Sus ojos miraban a la cabra y los ojos de la cabra parecían mirarlo a él. No se quedó mucho mas dentro del lugar, no tenía nada más que hacer ahí ¿o el miedo había empezado a lanzar una que otra chispa a la fogata del pavor de Mogura? Era una simple foto, de una simple cabra.
Sacó el cuadro y lo llevó afuera para mostrárselo a sus compañeros.
Miren hay fotos de cab-
Fue entonces que la campana sonó, inundando de sonido la escena por un momento.
¿Una campana? Alguien la debe haber tocado, ese alguien podría guiarnos.
Señaló algo obvio, sin querer darle lugar a su mente para que haga una teoría poco realista sobre criaturas de historias de miedo o cosas por el estilo.
Pasaría junto a Len y le dejaría la foto en las manos, seguidamente se pondría a un lado de la kunoichi de pelo blanco, dejándola en el medio.
No es exactamente una formación de guerra... pero yendo todos juntos nadie se perderá.
Una vez hubiesen llegado a la plaza, Mogura admiraría el detalle de la campana y su poste, su mente escéptica trabaría una posible respuesta lógica a aquel misterio.
Bueno... un cuervo podría haberse parado sobre la campana y al echarse a volar empujaría la campana, haciéndola sonar...
Tenía su cuota de sentido, pero no llegó a ver el dicho pájaro, prácticamente estaba especulando. El lugar era muy raro y su subconsciente trataba de mantener las cosas en orden. La puerta fue un detalle que si le llamó la atención. Miró a sus compañeros entonces y dijo.
¿Quieren que vaya a golpear?
Con un poco de suerte no tiraría abajo la puerta en esa ocasión.