11/08/2016, 20:32
La misión a la que había acudido, sencilla y rápida de cumplirse, un ingreso simple que le vendría genial a la pelirroja que no dudó ni un instante en tomar esa misión. Era de rango D, sí, pero por la sencillez de la misma valía totalmente la pena el ir hasta las afueras de la aldea y hablar con esa gente. ~Quinientos ryos fáciles. ~Pensaba con una sonrisa de satisfacción dibujada en el rostro.
Lo que no se esperaba era que el objetivo de su misión, el perro extraviado, regresaría por sí mismo antes de que ella arribara a la vivienda de la anciana. Por lo que… La misión que tomó ya había terminado incluso antes de tiempo y no tuvo de otra que regresarse al edificio del kawakage principalmente a comunicar que el encargo había sido anulado por obra y gracia de animales aburridos.
Siendo que no le quedaba de otra, la kunoichi emprendió la marcha de regreso al punto de partida para informar a Yubiwa que las cosas se habían solucionado por si solas por lo que la misión había sido cancelada. ~El dinero fácil no existe, ¿verdad…? ~Se cuestionó en su propia cabeza.
—Parece que no, no te pagarán si no te esfuerzas aunque sea un poco. —Intervino el ente espectral que a todos lados acompañaba a la de Taki.
—Con las ganas que tengo… —Fue la respuesta que la menor dio mientras se tanteaba las caderas en busca de los bolsillos que nunca existieron en esa falda.
Aquella conversación estaba teniendo su lugar dentro de uno de los numerosos pasillos del edificio donde residía el Kawakage, donde shinobis de todos los rangos pasaban constantemente llevando papeles y pergaminos y se administraban todos los asuntos relacionados con la aldea. Además, según se sabía el Senju al que Ritsuko debía de informarle todo lo referido a la misión se encontraba en algún lugar de edificio, presumiblemente su oficina si es que no se le dio por irse a pasear.
—¿Crees que estará en su oficina? —Cuestionó la fémina que nadie más era capaz de ver o escuchar.
—¡Ojalá! —Exclamó de mala gana la kunoichi, ignorando que por detrás suyo se acercaban algunos conocidos suyos.
Lo que no se esperaba era que el objetivo de su misión, el perro extraviado, regresaría por sí mismo antes de que ella arribara a la vivienda de la anciana. Por lo que… La misión que tomó ya había terminado incluso antes de tiempo y no tuvo de otra que regresarse al edificio del kawakage principalmente a comunicar que el encargo había sido anulado por obra y gracia de animales aburridos.
Siendo que no le quedaba de otra, la kunoichi emprendió la marcha de regreso al punto de partida para informar a Yubiwa que las cosas se habían solucionado por si solas por lo que la misión había sido cancelada. ~El dinero fácil no existe, ¿verdad…? ~Se cuestionó en su propia cabeza.
—Parece que no, no te pagarán si no te esfuerzas aunque sea un poco. —Intervino el ente espectral que a todos lados acompañaba a la de Taki.
—Con las ganas que tengo… —Fue la respuesta que la menor dio mientras se tanteaba las caderas en busca de los bolsillos que nunca existieron en esa falda.
Aquella conversación estaba teniendo su lugar dentro de uno de los numerosos pasillos del edificio donde residía el Kawakage, donde shinobis de todos los rangos pasaban constantemente llevando papeles y pergaminos y se administraban todos los asuntos relacionados con la aldea. Además, según se sabía el Senju al que Ritsuko debía de informarle todo lo referido a la misión se encontraba en algún lugar de edificio, presumiblemente su oficina si es que no se le dio por irse a pasear.
—¿Crees que estará en su oficina? —Cuestionó la fémina que nadie más era capaz de ver o escuchar.
—¡Ojalá! —Exclamó de mala gana la kunoichi, ignorando que por detrás suyo se acercaban algunos conocidos suyos.