22/08/2016, 22:39
¿Miedo? hacia tiempo que el joven Yamanaka ya no les temía. Siempre era la misma historia, el mismo cuento. Es cierto, hacia tiempo les temía, les intentaba evitar, cambiaba de pasillo en la academia o iba a su casa por un camino mas largo, pero al final, tarde o temprano, siempre tenia que cruzarselos ¿Impotencia? Tampoco, sabia de sobra donde estaba su limite. Probablemente podría defenderse contra uno de ellos, pero no contra tres ¿ Por que sentir impotencia sabiendo donde estaba su limite?
Indiferente. Esa era la palabra clave. Había pasado tantas veces por aquello que ya le daba lo mismo. Miedo, ira, impotencia. Si, alguna vez en esa misma situación el muchacho los había sentido ¿Pero ahora? Le daba igual, después de indicarles que le dejaran en paz no había escuchado ni una sola de las palabras que le habían dedicado y se había puesto a pensar en sus cosas. Total, hiciese lo que hiciese el resultado no iba a cambiar. Bueno, tal vez eso no fuera del todo verdad: Si hacia algo, la cosa se pondría peor para él.
"Ver, oir y callar... tampoco es que pueda hablar, no es que sean muy atractivos, así que la vista tampoco es agradable... y escucharlos ¿De que me serviría? que frase mas estúpida... El primero que la dijo debía ser imbecil"
La verdad es que para la situación en la que se encontraba, estaba bastante tranquilo pensando en sus cosas. Si, lo acababan de agarrar de las solapas de su sudadera, y eso le había sacado un poco de sus pensamientos, pero allí en el aire, tendría la oportunidad de divagar que haría durante la recuperación de aquella paliza
"Tal vez podria leer el ultimo tomo de los ameranger mientras...
Sin embargo no tuvo ocasión de terminar sus divagaciones, pues tan pronto llego a lo mas alto de los brazos de su queridisimo compañero de academia vio algo volando en su dirección. Podría haberle avisado, pero había muchos motivos para no hacerlo, por ejemplo que no podía hablar, y en vez de hacerle caso se reirían mas de él. Pero ¿para que avisar de todos modos a alguien como el? Se merecía que le diera de lleno fuera un piedra o un cuchillo.
Por desgracia, solo era un zapato de una chica que pasaba por allí y aunque le hizo el daño suficiente como para soltar a Reiji de golpe, pero no para noquearlo. Los tres matones se giraron al mismo tiempo para ver a la causante del ataque, y taparon la visión del joven Yamanaka. Eso si, sus atacantes parecían enfadados, y frustrados. Y una cosa si sabia Reiji: Pese a todo, esos tres jamas le pondrían un dedo encima a una chica. Bajo ninguna circunstancia.
— Grrr esta me la pagas... —Dijo el mas grande mirando a la joven, mientras se giraba para marcharse seguido de sus camaradas —La próxima vez sera peor, y tu amigita no estará siempre para ayudarte... —Fue lo ultimo que dijo, mirando al joven yamanaka, antes de largarse.
"No le han devuelto el zapato..."
Lo mínimo que podía hacer el muchacho hacia su salvadora era un gesto de cordialidad, aunque en realidad ella le acababa de hacer las cosas mas difíciles. Aunque bueno, al menos podría hacer la compra sin que pareciera que se había caído desde lo alto de la torre de la Arashikage. Así seria mucho menos doloroso llevar la compra hasta casa.
El joven recogió la prenda del suelo, se acerco a la muchacha y se la tendió. No podría decirle nada hasta que la cogiera claro, pues su método de comunicación eran los gestos de sus manos, que ahora ocupaban un zapato.
—"Gracias" —Diría con signos una vez la chica recogiera su prenda, lo entendiera ella o no.
Indiferente. Esa era la palabra clave. Había pasado tantas veces por aquello que ya le daba lo mismo. Miedo, ira, impotencia. Si, alguna vez en esa misma situación el muchacho los había sentido ¿Pero ahora? Le daba igual, después de indicarles que le dejaran en paz no había escuchado ni una sola de las palabras que le habían dedicado y se había puesto a pensar en sus cosas. Total, hiciese lo que hiciese el resultado no iba a cambiar. Bueno, tal vez eso no fuera del todo verdad: Si hacia algo, la cosa se pondría peor para él.
"Ver, oir y callar... tampoco es que pueda hablar, no es que sean muy atractivos, así que la vista tampoco es agradable... y escucharlos ¿De que me serviría? que frase mas estúpida... El primero que la dijo debía ser imbecil"
La verdad es que para la situación en la que se encontraba, estaba bastante tranquilo pensando en sus cosas. Si, lo acababan de agarrar de las solapas de su sudadera, y eso le había sacado un poco de sus pensamientos, pero allí en el aire, tendría la oportunidad de divagar que haría durante la recuperación de aquella paliza
"Tal vez podria leer el ultimo tomo de los ameranger mientras...
Sin embargo no tuvo ocasión de terminar sus divagaciones, pues tan pronto llego a lo mas alto de los brazos de su queridisimo compañero de academia vio algo volando en su dirección. Podría haberle avisado, pero había muchos motivos para no hacerlo, por ejemplo que no podía hablar, y en vez de hacerle caso se reirían mas de él. Pero ¿para que avisar de todos modos a alguien como el? Se merecía que le diera de lleno fuera un piedra o un cuchillo.
Por desgracia, solo era un zapato de una chica que pasaba por allí y aunque le hizo el daño suficiente como para soltar a Reiji de golpe, pero no para noquearlo. Los tres matones se giraron al mismo tiempo para ver a la causante del ataque, y taparon la visión del joven Yamanaka. Eso si, sus atacantes parecían enfadados, y frustrados. Y una cosa si sabia Reiji: Pese a todo, esos tres jamas le pondrían un dedo encima a una chica. Bajo ninguna circunstancia.
— Grrr esta me la pagas... —Dijo el mas grande mirando a la joven, mientras se giraba para marcharse seguido de sus camaradas —La próxima vez sera peor, y tu amigita no estará siempre para ayudarte... —Fue lo ultimo que dijo, mirando al joven yamanaka, antes de largarse.
"No le han devuelto el zapato..."
Lo mínimo que podía hacer el muchacho hacia su salvadora era un gesto de cordialidad, aunque en realidad ella le acababa de hacer las cosas mas difíciles. Aunque bueno, al menos podría hacer la compra sin que pareciera que se había caído desde lo alto de la torre de la Arashikage. Así seria mucho menos doloroso llevar la compra hasta casa.
El joven recogió la prenda del suelo, se acerco a la muchacha y se la tendió. No podría decirle nada hasta que la cogiera claro, pues su método de comunicación eran los gestos de sus manos, que ahora ocupaban un zapato.
—"Gracias" —Diría con signos una vez la chica recogiera su prenda, lo entendiera ella o no.