23/05/2015, 13:30
En otro lugar...
El padre de Reiji se había largado inmediatamente y con prisa hacia su casa. Después de mucho esfuerzo había logrado que su hijo les dejaras solos al menos durante un rato, y tenia que aprovecharlo. Así que sin dudarlo se transformo en pájaro y voló a toda velocidad a su casa.
—Cariñooooo, ya estoy en casaaaaaa! — Anuncio nada mas cerrar la puerta de su hogar.
La madre de reiji, tan siniestra como él, apareció en el portal vestida con un sencillo camisón de color negro y con un delantal blanco por encima. Estaba realizando las tareas de la casa. Su marido, sin dudarlo un segundo, la abordo agarrándola por la cintura y la atrajo hacia si.
—Por fin estamos solos, ya podemos hacer eso —Dijo en un tono de voz muy sugerente.
—El almuerzo —Contesto ella, sonriente.
—¿Que? — Contesto el hombre, sin saber que estaba pasando.
—Tu hijo se ha dejado el almuerzo —Dijo poniendo una pequeña neverita entre ella y él.
—Oh, venga vamos, con lo que me ha costado que se fuera de casa... no pasa nada por que no almuerce... — El hombre intento librarse de su nueva tarea, pero la mirada de su mujer, le dijo sin que ella pronunciara palabra alguna, que tendria que cumplirla —Esta bien... Esta bien, se lo llevare
—Gracias —Su mujer le sonrió, le dio un beso, y se marcho a seguir con las tareas del hogar.
—Maldito crío...seguro que lo ha hecho a propósito — se quejo el hombre, en voz baja, tras salir de casa.
En el aula de la academia...
—Lo siento, pero no habrá pizza, creo, no al menos para mi
Dije mientras me levantaba del suelo, con un poco de pereza, y me limpiaba la ropa mientras me dirigía a mi pupitre, al lado de Daruu. Realmente en esa situación parecíamos el día y la noche. Uno tan radiante como el sol y el otro tan oscuro como una noche sin estrellas. Puse mis pies sobre el pupitre y tire mi respaldo hacia atras. Solo me faltaban unas gafas de sol.
—A mi no me apetecía mucho venir, pero mi padre ha insistido un poco y me ha convencido
Bromee. Aquello no era insistencia, ni mucho menos persuasión. Era pura fuerza bruta. Recordando la pizza, que no me podía comer, me entro un poco de hambre, y tire a coger una de las bolsitas de sangre que siempre solía llevar encima. Entonces recordé que mi padre me había sacado a rastras y que no había ido a la cocina a cogerlas.
—NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! — Dramatice la situación mientras me caía estrepitosamente de la silla —No tengo comida, morire —Exagere mientras me tiraba del pelo en el suelo de forma dramatica
El padre de Reiji se había largado inmediatamente y con prisa hacia su casa. Después de mucho esfuerzo había logrado que su hijo les dejaras solos al menos durante un rato, y tenia que aprovecharlo. Así que sin dudarlo se transformo en pájaro y voló a toda velocidad a su casa.
—Cariñooooo, ya estoy en casaaaaaa! — Anuncio nada mas cerrar la puerta de su hogar.
La madre de reiji, tan siniestra como él, apareció en el portal vestida con un sencillo camisón de color negro y con un delantal blanco por encima. Estaba realizando las tareas de la casa. Su marido, sin dudarlo un segundo, la abordo agarrándola por la cintura y la atrajo hacia si.
—Por fin estamos solos, ya podemos hacer eso —Dijo en un tono de voz muy sugerente.
—El almuerzo —Contesto ella, sonriente.
—¿Que? — Contesto el hombre, sin saber que estaba pasando.
—Tu hijo se ha dejado el almuerzo —Dijo poniendo una pequeña neverita entre ella y él.
—Oh, venga vamos, con lo que me ha costado que se fuera de casa... no pasa nada por que no almuerce... — El hombre intento librarse de su nueva tarea, pero la mirada de su mujer, le dijo sin que ella pronunciara palabra alguna, que tendria que cumplirla —Esta bien... Esta bien, se lo llevare
—Gracias —Su mujer le sonrió, le dio un beso, y se marcho a seguir con las tareas del hogar.
—Maldito crío...seguro que lo ha hecho a propósito — se quejo el hombre, en voz baja, tras salir de casa.
En el aula de la academia...
—Lo siento, pero no habrá pizza, creo, no al menos para mi
Dije mientras me levantaba del suelo, con un poco de pereza, y me limpiaba la ropa mientras me dirigía a mi pupitre, al lado de Daruu. Realmente en esa situación parecíamos el día y la noche. Uno tan radiante como el sol y el otro tan oscuro como una noche sin estrellas. Puse mis pies sobre el pupitre y tire mi respaldo hacia atras. Solo me faltaban unas gafas de sol.
—A mi no me apetecía mucho venir, pero mi padre ha insistido un poco y me ha convencido
Bromee. Aquello no era insistencia, ni mucho menos persuasión. Era pura fuerza bruta. Recordando la pizza, que no me podía comer, me entro un poco de hambre, y tire a coger una de las bolsitas de sangre que siempre solía llevar encima. Entonces recordé que mi padre me había sacado a rastras y que no había ido a la cocina a cogerlas.
—NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! — Dramatice la situación mientras me caía estrepitosamente de la silla —No tengo comida, morire —Exagere mientras me tiraba del pelo en el suelo de forma dramatica