31/08/2016, 23:22
Por eso odiaba la comunicación. Ni siquiera el lenguaje de signos estaba tan avanzado como para contestar con las palabras con las que quería contestar a muchas cosas. La parte buena del lenguaje de signos era la misma que la parte mala: Que mucha gente no la entendía. Te podías comunicar en secreto con aquellos pocos que lo conocían y lo mejor de todo: Podías insultar a la gente que no lo conocía, al fin y al cabo no podían reprocharte nada, y tampoco te iban a decir que sonaba como un insulto o que les hablabas en tono agresivo.
—No hay de qué. Seguramente intentarán molestarte de nuevo... ¿Lo sabes, verdad? ¿Por qué no te defiendes? ¿Necesitas ayuda con ellos? Si es así, te puedo ofrecer un pequeño apoyo. De verdad, no me importa.... no soporto a los abusones.
Demasiadas preguntas al mismo tiempo, demasiadas cosas a las que responder a la vez, y lo único de lo que disponía a mano ahora mismo era del pergamino que le había preparado su madre, que no iba a negarlo, estaba resultando de lo mas útil. El problema era que la chica ya no le estaba prestando atención, estaba mirando a su alrededor con los ojos.
No dudo ni un segundo, sabia lo que tenia que hacer: toco a la chica con un dedo en el hombro para llamar su atención, luego la señalo como queriendo decirle "Tu", luego señalo sus propios ojos y luego al pergamino, algo así como decirle que lo mirara. No sabia si lo habría entendido, pero procedió con su ritual, claro que, lo hizo muy despacio, y repitiendo las frases, para que fuese mucho mas fácil para ella entenderle.
El joven yamanaka procedió a señalar los kanjis y las palabras que necesitaba para completar sus frases, sus respuestas. Lo hizo lo mejor que pudo, con la mejor herramienta que tenia. Mejor dicho, su segunda mejor herramienta.
—"Lo se, lleva sucediendo desde la academia, no te preocupes."
El joven fue respondiendo en orden a lo que la muchacha le había ido preguntando.
—"Porque no solo son mas, si no que tienen mas fuerza física que yo, si me defiendo sera peor, creeme"
No sabia hasta que punto la muchacha le estaba siguiendo, pero reiji siguió con su particular y silencioso discurso.
—"No gracias, no vas a estar siempre y entonces sera peor. Puedo soportarlo, son años de experiencia, algún día se cansaran, supongo"
Hizo una pausa de unos segundos y luego volvió a formar una nueva frase.
—"Si quieres que sigamos conversando, me gustaría que me permitieras entrar en tu cabeza, es mucho mas sencillo que esto, podrás escuchar mis pensamientos, pero solo con tu permiso"
—No hay de qué. Seguramente intentarán molestarte de nuevo... ¿Lo sabes, verdad? ¿Por qué no te defiendes? ¿Necesitas ayuda con ellos? Si es así, te puedo ofrecer un pequeño apoyo. De verdad, no me importa.... no soporto a los abusones.
Demasiadas preguntas al mismo tiempo, demasiadas cosas a las que responder a la vez, y lo único de lo que disponía a mano ahora mismo era del pergamino que le había preparado su madre, que no iba a negarlo, estaba resultando de lo mas útil. El problema era que la chica ya no le estaba prestando atención, estaba mirando a su alrededor con los ojos.
No dudo ni un segundo, sabia lo que tenia que hacer: toco a la chica con un dedo en el hombro para llamar su atención, luego la señalo como queriendo decirle "Tu", luego señalo sus propios ojos y luego al pergamino, algo así como decirle que lo mirara. No sabia si lo habría entendido, pero procedió con su ritual, claro que, lo hizo muy despacio, y repitiendo las frases, para que fuese mucho mas fácil para ella entenderle.
El joven yamanaka procedió a señalar los kanjis y las palabras que necesitaba para completar sus frases, sus respuestas. Lo hizo lo mejor que pudo, con la mejor herramienta que tenia. Mejor dicho, su segunda mejor herramienta.
—"Lo se, lleva sucediendo desde la academia, no te preocupes."
El joven fue respondiendo en orden a lo que la muchacha le había ido preguntando.
—"Porque no solo son mas, si no que tienen mas fuerza física que yo, si me defiendo sera peor, creeme"
No sabia hasta que punto la muchacha le estaba siguiendo, pero reiji siguió con su particular y silencioso discurso.
—"No gracias, no vas a estar siempre y entonces sera peor. Puedo soportarlo, son años de experiencia, algún día se cansaran, supongo"
Hizo una pausa de unos segundos y luego volvió a formar una nueva frase.
—"Si quieres que sigamos conversando, me gustaría que me permitieras entrar en tu cabeza, es mucho mas sencillo que esto, podrás escuchar mis pensamientos, pero solo con tu permiso"