23/05/2015, 23:27
Luego del desorden que significo la llegada de Nabi, las cosas empezaban a calmarse un poco. Aunque con aquel chico rubio las cosas jamás estaba calmada por mucho tiempo.
—Vale, vale. Déjalo así —respondió Kazuma a las palabras y disculpas del chico del bastón.
El y Juro se presentaron, no de la mejor manera pero lo hicieron y por un instante parecieron entenderse.
Luego de aquello Nabi aseguro que el sensei estaba escondido en el salón, y que la clave para encontrarlo era poner atención en algo que no estaba bien o que desencajaba. Dicho esto el rubio empezó a sacar conclusiones, como si de una novela de homicidios se tratara. Asegurando que un sensei no necesitaba papeles para saber como éramos. Y que todo lo que hacía falta era mirar un taburete que estaba sobrando en la habitación.
Ante aquel súbito torbellino de conclusiones y sospechas; Lo único que pudo hacer el Ishimura fue mirar hacia donde estaba juro, para luego levantarse y empezar a aplaudir lentamente con un nivel de sarcasmo de proporciones épicas.
—Wow, que brillante trabajo deductivo “Nabi Holmes”… ¿Qué será lo siguiente que nos digas? ¿Que tú palo es en realidad un bastón, pero que antes era escoba y se opero para convertirse en rasca espaldas? —Pregunto con cierto tono hilarante.
—Amigo no quiero ponerte en evidencia otra vez, pero creo que esa novela detectivesca de “Quien se comió a Skuarry” te está haciendo ver cosas, es decir ¿qué tan loco tendría que estar un sensei como para quedarse viendo todo esto sin hacer o decir nada?
—Es más, te daré el beneficio de la duda.
—Si vas y le pegas una buena patada al taburete extra y no pasa nada, resultara que estás loco y por tanto te haré mas bullying. Ahora, si por el contrario se destransforma y te da una patada, admitiré que tienes razón y me quedare callado.
—¿Que te parece?
—Vale, vale. Déjalo así —respondió Kazuma a las palabras y disculpas del chico del bastón.
El y Juro se presentaron, no de la mejor manera pero lo hicieron y por un instante parecieron entenderse.
Luego de aquello Nabi aseguro que el sensei estaba escondido en el salón, y que la clave para encontrarlo era poner atención en algo que no estaba bien o que desencajaba. Dicho esto el rubio empezó a sacar conclusiones, como si de una novela de homicidios se tratara. Asegurando que un sensei no necesitaba papeles para saber como éramos. Y que todo lo que hacía falta era mirar un taburete que estaba sobrando en la habitación.
Ante aquel súbito torbellino de conclusiones y sospechas; Lo único que pudo hacer el Ishimura fue mirar hacia donde estaba juro, para luego levantarse y empezar a aplaudir lentamente con un nivel de sarcasmo de proporciones épicas.
—Wow, que brillante trabajo deductivo “Nabi Holmes”… ¿Qué será lo siguiente que nos digas? ¿Que tú palo es en realidad un bastón, pero que antes era escoba y se opero para convertirse en rasca espaldas? —Pregunto con cierto tono hilarante.
—Amigo no quiero ponerte en evidencia otra vez, pero creo que esa novela detectivesca de “Quien se comió a Skuarry” te está haciendo ver cosas, es decir ¿qué tan loco tendría que estar un sensei como para quedarse viendo todo esto sin hacer o decir nada?
—Es más, te daré el beneficio de la duda.
—Si vas y le pegas una buena patada al taburete extra y no pasa nada, resultara que estás loco y por tanto te haré mas bullying. Ahora, si por el contrario se destransforma y te da una patada, admitiré que tienes razón y me quedare callado.
—¿Que te parece?