15/09/2016, 08:30
Algo que no la terminaba de convencer a Noemi era la idea de correr semejantes peligros en una de sus primeras misiones fuera de la aldea, es cierto que había tenido sus historias fuera pero nada con la importancia de una misión de rango S aunque todavía desconocían todos los detalles así que mucho no podría opinar.
La cuestión era que todos terminaron marchando en dirección a la oficina del kawakage donde esperaba el último integrante del equipo improvisado. ~¿Por qué será que la morena no viene...? ~Se preguntó la rubia que mantenía su semblante sereno ya que la situación así lo ameritaba.
No sabía qué era lo peor, si tener por aliados una vez más a Datsue el manipulable y a la loca de la calavera o mismo, tener un compañero del que nada sabía. Lo único a favor de este último era la opinión del propio Kawakage pero la Senju no estaba muy convencida de todas maneras. Tampoco diría nada para contradecir a su jefe incuestionable.
Al abrirse la puerta del despacho, un chico bastante joven al igual que les acompañaba hizo acto de presencia, parecía ser un tipo bastante respetuoso a diferencia del allí presente Datsue que no hacía más que aparentar algo que no era y ciertamente comenzaba a fastidiarle a la rubia. Aunque este nuevo...
—Sakamoto Noemi. El placer es todo mío, Akame. —Respondió la mayor de las féminas allí presentes acompañando sus palabras con una reverencia no tan marcada como las de los otros pero si con una sonrisa bastante más amena que la que había mostrado momentos atrás al Uchiha que tenía al lado.
—¿No puedes esperar a que Kawakage-sama hable...? —Espetó al impaciente "niño" que tenía a su lado.
~Tanto apuro... Si de todas formas nos va a dar todos los detalles posibles para que no nos matemos. Quiero creer. ~Pensó la rubia al tiempo en que se cruzaba de brazos y depositaba su peso sobre una pierna de modo que su cadera se vio ligeramente inclinada hacia un lado.
La cuestión era que todos terminaron marchando en dirección a la oficina del kawakage donde esperaba el último integrante del equipo improvisado. ~¿Por qué será que la morena no viene...? ~Se preguntó la rubia que mantenía su semblante sereno ya que la situación así lo ameritaba.
No sabía qué era lo peor, si tener por aliados una vez más a Datsue el manipulable y a la loca de la calavera o mismo, tener un compañero del que nada sabía. Lo único a favor de este último era la opinión del propio Kawakage pero la Senju no estaba muy convencida de todas maneras. Tampoco diría nada para contradecir a su jefe incuestionable.
Al abrirse la puerta del despacho, un chico bastante joven al igual que les acompañaba hizo acto de presencia, parecía ser un tipo bastante respetuoso a diferencia del allí presente Datsue que no hacía más que aparentar algo que no era y ciertamente comenzaba a fastidiarle a la rubia. Aunque este nuevo...
—Sakamoto Noemi. El placer es todo mío, Akame. —Respondió la mayor de las féminas allí presentes acompañando sus palabras con una reverencia no tan marcada como las de los otros pero si con una sonrisa bastante más amena que la que había mostrado momentos atrás al Uchiha que tenía al lado.
—¿No puedes esperar a que Kawakage-sama hable...? —Espetó al impaciente "niño" que tenía a su lado.
~Tanto apuro... Si de todas formas nos va a dar todos los detalles posibles para que no nos matemos. Quiero creer. ~Pensó la rubia al tiempo en que se cruzaba de brazos y depositaba su peso sobre una pierna de modo que su cadera se vio ligeramente inclinada hacia un lado.