16/09/2016, 18:17
Con el tiempo, la imagen dicharachera y carismática que transmitía se había ido erosionando a una que se acercaba más a su verdadero ser: la del charlatán y embustero que en realidad era. Eso no ocurría con las personas que conocía desde hacía poco tiempo, como la canguro de su hermana, pero sí con la gente que conocía desde hacía años. Había jugado alguna mano malas, las suficientes como para que ahora su castillo de naipes se desplomara frente a sus narices.
Primero fue Noemi, con una frase cortante que denotaba cierto hastío por él. Luego, llegó el turno de Yubiwa, que en seguida reconoció la codicia en la pregunta de Datsue y no dudó en ponerle de nuevo en evidencia. El Uchiha tendría que trabajar muy duro si quería limpiar su imagen y, concretamente, recuperar la confianza del máximo líder de su Aldea y la mujer más bella de Taki. Era de vital importancia para él…
… Especialmente para poder volver a mentirles.
Pero lo que se le avecinaba en aquellos momentos era mucho más prioritario. Yubiwa, lejos de confirmar su broma de mal gusto sobre la misión de rango S, volvió a reiterar que se trataba de una misión de máximo peligro. ¡Tendrían que infiltrarse en la Aldea Oculta de la Arena, nada menos! Fingiendo ser el hijo de un traidor y huyendo de una más que certera ejecución. Noemi, por su parte, le tocaba algo más fácil, puesto que solo tendría que acompañarle por su amor por él. ¡Ni siquiera tendría que fingir, la muy condenada! Tan solo discutir de vez en cuando con su supuesta hermana.
Cuando Yubiwa terminó de dar el discurso, el Uchiha no podía estar más blanco.
—La hostia —el exabrupto se le escapó de lo más profundo del alma, definiendo mejor que cualquier otro gesto o palabra lo que estaba sintiendo en aquellos momentos. Sin ser capaz de poder articular más palabras que aquella, dio media vuelta y siguió a Akame.
En el umbral de la puerta, se detuvo un segundo y, antes de continuar, no pudo evitar murmurar de nuevo:
—La hostia.
Primero fue Noemi, con una frase cortante que denotaba cierto hastío por él. Luego, llegó el turno de Yubiwa, que en seguida reconoció la codicia en la pregunta de Datsue y no dudó en ponerle de nuevo en evidencia. El Uchiha tendría que trabajar muy duro si quería limpiar su imagen y, concretamente, recuperar la confianza del máximo líder de su Aldea y la mujer más bella de Taki. Era de vital importancia para él…
… Especialmente para poder volver a mentirles.
Pero lo que se le avecinaba en aquellos momentos era mucho más prioritario. Yubiwa, lejos de confirmar su broma de mal gusto sobre la misión de rango S, volvió a reiterar que se trataba de una misión de máximo peligro. ¡Tendrían que infiltrarse en la Aldea Oculta de la Arena, nada menos! Fingiendo ser el hijo de un traidor y huyendo de una más que certera ejecución. Noemi, por su parte, le tocaba algo más fácil, puesto que solo tendría que acompañarle por su amor por él. ¡Ni siquiera tendría que fingir, la muy condenada! Tan solo discutir de vez en cuando con su supuesta hermana.
Cuando Yubiwa terminó de dar el discurso, el Uchiha no podía estar más blanco.
—La hostia —el exabrupto se le escapó de lo más profundo del alma, definiendo mejor que cualquier otro gesto o palabra lo que estaba sintiendo en aquellos momentos. Sin ser capaz de poder articular más palabras que aquella, dio media vuelta y siguió a Akame.
En el umbral de la puerta, se detuvo un segundo y, antes de continuar, no pudo evitar murmurar de nuevo:
—La hostia.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado