27/09/2016, 00:29
Ante la pregunta del calvo el Uchiha de capa negra sacó un pedazo de papel arrugado y húmedo de entre sus vestimentas y lo colocó frente a sus ojos para leerlo. Entre el fragmento que mencionó más lo que había podido pispear Karamaru era claro que el escrito buscaba todo menos ser claro. Sus palabras eran confusas, o mejor dicho demasiado formales. Nunca llegaba bien al punto ni explicaba bien las cosas y eso al calvo le extraño bastante. Y un ser curioso no puede resistir ese tipo de tentación, el desconocimiento.
«Parece que el anuncio se extendió por varias partes del país. Llegaron los dos por su cuenta y con el mismo propósito.»
El monje dio un largo sorbo a su té y siguió mirando a los morochos, esperando una respuesta de su antiguo compañero. La respuesta para el cenobita estaba clara, pero lo más correcto era que entre compatriotas arreglen las cosas primero.
Quizá deberíamos aunar fuerzas.
Palabras suficientes para Karamaru que ya sonreía esperando que la atención pasase a él. Datsue lo miró y tiró la invitación como el calvo lo preveía.
¿Qué me dices de ti, viejo amigo? ¿No te apetece revivir viejos tiempos antes de visitar a ese amigo tuyo? Esta vez el tercer integrante no será tan agradable a la vista, pero bueno…
Al menos así no tendrás que preocuparte por interrumpir nada importante, ¿eh?
Noemi, como olvidarse de la rubia. Aunque Karamaru miró extrañado al morocho cuando habló de interrumpir. El ceño se frunció un poco demostrando total ignorancia, y no mentía, esa noche que tocó la puerta de la habitación de la kunoichi desconocía por completo la presencia de Datsue.
Supongo que le falta esa pizca femenina, pero me conformo igual.- Karamaru rió.
Claro que los puedo acompañar, no le puedo negar la invitación a esos ojos de tigre.
Primera indirecta, Karamaru no se olvidaba del asunto y menos aún tras su encuentro con el Uchiha rubio de Uzu. No se haría pesado ni insistiría pero tal vez esta era la ocasión de encontrar el secreto que anteriormente no pudo ser revelado. Dos veces había visto ese destello en los ojos, ambos Uchihas, ambos en una situación de alta tensión. Y a pedir de boca, un miembro más del clan hacía presencia, como si estuviese arreglado para confirmar que los Uchiha tenían algo especial en esos orbes negro azabache. Porque si algo identificaba a los tres era esa profunda e intrigante mirada inolvidable.
«Parece que el anuncio se extendió por varias partes del país. Llegaron los dos por su cuenta y con el mismo propósito.»
El monje dio un largo sorbo a su té y siguió mirando a los morochos, esperando una respuesta de su antiguo compañero. La respuesta para el cenobita estaba clara, pero lo más correcto era que entre compatriotas arreglen las cosas primero.
Quizá deberíamos aunar fuerzas.
Palabras suficientes para Karamaru que ya sonreía esperando que la atención pasase a él. Datsue lo miró y tiró la invitación como el calvo lo preveía.
¿Qué me dices de ti, viejo amigo? ¿No te apetece revivir viejos tiempos antes de visitar a ese amigo tuyo? Esta vez el tercer integrante no será tan agradable a la vista, pero bueno…
Al menos así no tendrás que preocuparte por interrumpir nada importante, ¿eh?
Noemi, como olvidarse de la rubia. Aunque Karamaru miró extrañado al morocho cuando habló de interrumpir. El ceño se frunció un poco demostrando total ignorancia, y no mentía, esa noche que tocó la puerta de la habitación de la kunoichi desconocía por completo la presencia de Datsue.
Supongo que le falta esa pizca femenina, pero me conformo igual.- Karamaru rió.
Claro que los puedo acompañar, no le puedo negar la invitación a esos ojos de tigre.
Primera indirecta, Karamaru no se olvidaba del asunto y menos aún tras su encuentro con el Uchiha rubio de Uzu. No se haría pesado ni insistiría pero tal vez esta era la ocasión de encontrar el secreto que anteriormente no pudo ser revelado. Dos veces había visto ese destello en los ojos, ambos Uchihas, ambos en una situación de alta tensión. Y a pedir de boca, un miembro más del clan hacía presencia, como si estuviese arreglado para confirmar que los Uchiha tenían algo especial en esos orbes negro azabache. Porque si algo identificaba a los tres era esa profunda e intrigante mirada inolvidable.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘