4/10/2016, 15:18
Pese a que la pregunta de la chica iba con la intención de animarlo a enfrentarse a sus males, justo parecía que incitaba a lo contrario. Eso, o quizás al chico le gustaba ser la victima de la historia, o el mártir sin salvación. La verdad, era algo inaudito para la chica, un joven que vagaba por la vida cual náufrago por la mar. Afirmaba que no podía enseñarle sus cicatrices como bien hacía la Sarutobi, mas si que se enseñaba a sí mismo, haciéndose ver como un enclenque, un chico no mas fuerte que un mísero pelele. La chica sin realmente quererlo alzó una ceja, incrédula a lo que el chico decía, un acto reflejo que casi dejaba clara su opinión acerca del tema.
El acero mas fuerte se forja en las llamas del infierno, era justa y precisamente lo único que había dicho con algo de sentido. Al menos lo único a "boca" del chico que había tenido algo flamígero y vivo, lo cuál le daba un puntito a su favor. Lástima que el marcador iba totalmente en su contra.
Tragó las palabras, y contuvo el pensamiento de lo ridículo que sonaban las palabras del chico. Sin embargo, éste no se detuvo ahí. Recriminó que sus abusones personales además de fuertes eran expertos en las artes marciales, mientras que él solo conocía las nociones básicas; según él era el tipo de shinobi que se dedica a recolectar información. Por fin, admitió que en algún momento se enfrentó a ellos, pero desgraciadamente nunca había atracado en buen puerto. Lo mínimo había sido un ojo morado, de ahí hasta huesos rotos o estancia en el hospital. Realmente esos chicos se habían pasado tres pueblos. Reiji afirmó que al menos si desistía en defenderse la cosa quedaba en un par de empujones, y quizás algún puñetazo ocasional. Para él, no todos nacían con el don de combatir, por no hablar que algunos nacían sin capacidad siquiera para hablar. Concluyó su soliloquio con una clara referencia a que a causa de eso la soledad había arroyado con él, sin ser culpable de haber nacido sin la capacidad de hablar.
La chica dejó caer un suspiro, mientras giraba de un lado a otro el rostro, resignada. Pero bueno, había de tomar fuerzas para contestar al chico. Nuevamente cargó sus pulmones con aire, pero no pudo usarlo en conjunto a sus cuerdas vocales.
« En parte tienes razón, y te comprendo ciertamente. Pero por otro lado, quien no nada termina ahogándose. No sé si comprendes lo que pienso. Es como si un gladiador decide cruzarse de brazos en mitad del circo, terminará muriendo, principalmente por haber desistido en luchar por salvar su vida. »
La chica comenzó a andar hacia un flanco, rodeando la posición del Yamanaka. En un principio tenía en mente andar tomando alguna dirección, buscando despejarse un poco y aclarar las ideas. Pero no, todo estaba mas que claro, quien no lo tenía así era el principal afectado. En un momento dado, la chica paró de andar.
« ¿Has escuchado alguna vez como nuestra Arashikage llegó a tomar su puesto? Si te pasas el día golpeando a un león, terminará mordiéndote. Si te pasas el día jodiendo a un shinobi, terminarás en una tumba. Personalmente, yo no soy una gran luchadora cuerpo a cuerpo, pero me defiendo a base de fuego. Terminaría por incendiar sus casas a media noche, o quizás algo peor. Si bien me dices que eres un buen recolector de información, no te costará nada en fastidiarlos o algo mandarlos al hospital... Entrenamos para ser asesinos, no tienes porqué enfrentarlos cara a cara. Tómatelo como un desafío, y dales una lección. Cuando sabes que algo o alguien es peligroso, ni se te pasa por la cabeza joderle. »
¿Qué mas decir, o pensar...?
El acero mas fuerte se forja en las llamas del infierno, era justa y precisamente lo único que había dicho con algo de sentido. Al menos lo único a "boca" del chico que había tenido algo flamígero y vivo, lo cuál le daba un puntito a su favor. Lástima que el marcador iba totalmente en su contra.
Tragó las palabras, y contuvo el pensamiento de lo ridículo que sonaban las palabras del chico. Sin embargo, éste no se detuvo ahí. Recriminó que sus abusones personales además de fuertes eran expertos en las artes marciales, mientras que él solo conocía las nociones básicas; según él era el tipo de shinobi que se dedica a recolectar información. Por fin, admitió que en algún momento se enfrentó a ellos, pero desgraciadamente nunca había atracado en buen puerto. Lo mínimo había sido un ojo morado, de ahí hasta huesos rotos o estancia en el hospital. Realmente esos chicos se habían pasado tres pueblos. Reiji afirmó que al menos si desistía en defenderse la cosa quedaba en un par de empujones, y quizás algún puñetazo ocasional. Para él, no todos nacían con el don de combatir, por no hablar que algunos nacían sin capacidad siquiera para hablar. Concluyó su soliloquio con una clara referencia a que a causa de eso la soledad había arroyado con él, sin ser culpable de haber nacido sin la capacidad de hablar.
La chica dejó caer un suspiro, mientras giraba de un lado a otro el rostro, resignada. Pero bueno, había de tomar fuerzas para contestar al chico. Nuevamente cargó sus pulmones con aire, pero no pudo usarlo en conjunto a sus cuerdas vocales.
« En parte tienes razón, y te comprendo ciertamente. Pero por otro lado, quien no nada termina ahogándose. No sé si comprendes lo que pienso. Es como si un gladiador decide cruzarse de brazos en mitad del circo, terminará muriendo, principalmente por haber desistido en luchar por salvar su vida. »
La chica comenzó a andar hacia un flanco, rodeando la posición del Yamanaka. En un principio tenía en mente andar tomando alguna dirección, buscando despejarse un poco y aclarar las ideas. Pero no, todo estaba mas que claro, quien no lo tenía así era el principal afectado. En un momento dado, la chica paró de andar.
« ¿Has escuchado alguna vez como nuestra Arashikage llegó a tomar su puesto? Si te pasas el día golpeando a un león, terminará mordiéndote. Si te pasas el día jodiendo a un shinobi, terminarás en una tumba. Personalmente, yo no soy una gran luchadora cuerpo a cuerpo, pero me defiendo a base de fuego. Terminaría por incendiar sus casas a media noche, o quizás algo peor. Si bien me dices que eres un buen recolector de información, no te costará nada en fastidiarlos o algo mandarlos al hospital... Entrenamos para ser asesinos, no tienes porqué enfrentarlos cara a cara. Tómatelo como un desafío, y dales una lección. Cuando sabes que algo o alguien es peligroso, ni se te pasa por la cabeza joderle. »
¿Qué mas decir, o pensar...?