9/10/2016, 15:08
Eri, inconsciente como ella sola, optó por intentar argumentar contra Nabi, el dios de la discusión absurda. Era una pelea que llevaba perdiendo desde que se conocieron y las posibilidades de remontar tal guerra no estaban muertas porque nunca habían vivido.
— No la llames Jura, por favor. Vamos a buscarla un nombre mejor.
— No soy medio animal, ni tu eres pelirrojo, ¿o es que la caída te ha afectado al cerebro...?
La peliazul se giró para encarar al muchacho, quien por algún motivo desconocido, tenía el pelo rojo.
— Pero ¿cómo puedes decir algo así aunque sea verdad? Si Jura es su nombre, cualquier otro nombre solo sera un nombre falso y putrido que no hara justicia a la gallina.
Jura estaba en el suelo tranquilamente intentando picotear los pies de Nabi sin exito alguno, el pelirrojo iba moviendolos de vez en cuando para que no acertara sin querer. Los argumentos de la peliazul se venian abajo uno tras otro.
— Pero si yo siempre he sido pelirrojo, ¿estás bien, Eri? ¿Te ha picado Jura en algún lugar delicado? ¿Cuantos dedos ves?
Su preocupación por Eri iba en alza conforme la muchacha decía una tras otra un montón de locuras sobre el nombre elegido por el mismo Dios Nabi para Jura y el pelo que siempre había sido rojo y tenía sobre su cabeza. Su mirada cambió a una realmente preocupada mientras alzaba un dedo ante la kunoichi.
— Pero ¿qué nombre sugieres para Jura que sea mejor que Jura? ¿Juri, Jure, Juru? ¿Yura, Yuro, Yuri? Yuri no suena bien.
— No la llames Jura, por favor. Vamos a buscarla un nombre mejor.
— No soy medio animal, ni tu eres pelirrojo, ¿o es que la caída te ha afectado al cerebro...?
La peliazul se giró para encarar al muchacho, quien por algún motivo desconocido, tenía el pelo rojo.
— Pero ¿cómo puedes decir algo así aunque sea verdad? Si Jura es su nombre, cualquier otro nombre solo sera un nombre falso y putrido que no hara justicia a la gallina.
Jura estaba en el suelo tranquilamente intentando picotear los pies de Nabi sin exito alguno, el pelirrojo iba moviendolos de vez en cuando para que no acertara sin querer. Los argumentos de la peliazul se venian abajo uno tras otro.
— Pero si yo siempre he sido pelirrojo, ¿estás bien, Eri? ¿Te ha picado Jura en algún lugar delicado? ¿Cuantos dedos ves?
Su preocupación por Eri iba en alza conforme la muchacha decía una tras otra un montón de locuras sobre el nombre elegido por el mismo Dios Nabi para Jura y el pelo que siempre había sido rojo y tenía sobre su cabeza. Su mirada cambió a una realmente preocupada mientras alzaba un dedo ante la kunoichi.
— Pero ¿qué nombre sugieres para Jura que sea mejor que Jura? ¿Juri, Jure, Juru? ¿Yura, Yuro, Yuri? Yuri no suena bien.
—Nabi—