16/10/2016, 20:55
—Ahora ya no me convence lo de las dos hermanas, de modo que Noemi, Ritsuko, ceñíos a lo que os acabo de decir. Os he mandado de espionaje, os han pillado.
Los hombros de Datsue se derrumbaron. Yubiwa acababa de reducir sus posibilidades de reconquista a la mitad, como mínimo, aunque bien era cierto que lo primero de todo era sobrevivir. ¿De qué le serviría recuperar el amor de Noemi si luego moría a manos de algún revolucionario de la Arena? Tan solo para vivir en su corazón…
…o lo que es lo mismo: para nada.
Sin embargo, a Yubiwa sí pareció gustarle el plan de Akame. Datsue sonrió y esperó con gesto inocente recibir su parte de adulación por su soberbia actuación, pero entonces…
—Partid, pues. Akame, Ritsuko y Noemi, primero. Esperad a Datsue abajo, él se queda conmigo un momento.
Un escalofrío recorrió su espina dorsal. Su parte más optimista todavía conservaba la esperanza de que Yubiwa le alabase o, mejor todavía, se arrepintiese de su participación en la misión para mandarle un encargo menos peligroso. Su parte escéptica, por contraparte, se esperaba lo peor. Y, para su desgracia, aquella parte de su mente ganaba en predicciones por goleada en los últimos tiempos.
Y aquella no pareció ser la excepción.
—¡ESTOY HARTO DE TU OSADÍA! ¿¡CÓMO SE TE OCURRE DECIR TODO ESO DE TU PROPIA VILLA!? ¡SEGURO QUE LO PIENSAS DE VERDAD, MALDITO MOCOSO! ¡¡DIANTRE, SEGURO QUE AQUÉL DÍA ME VOMITASTE A LOS PIES CON GUSTO, HIJO DE PUTA!!
Datsue levantó las manos, como inocente, y contorsionó el rostro como quien ve que va a recibir un puñetazo en plena cara. Tan aterrado como estaba, tan solo logró balbucear unas ininteligibles palabras antes de ver el guiño de Yubiwa. Entonces abrió la boca en forma de “o”, confuso, y la mantuvo así hasta que el Kawakage le lanzó un pergamino mientras seguía ladrándole improperios.
Esta vez fueron sus ojos los que se abrieron de par en par, leyendo y releyendo una y otra vez el contenido del pergamino, como si no terminase de dar crédito a lo que ponía. ¿Uchiha Akame un espía? Todavía no lo había acabado de asimilar cuando tuvo que devolverle el pergamino a Yubiwa y fue empujado por éste al exterior de la habitación.
¡Por Izanami, ¿pero esto es en serio?!
Con las rodillas flojas, logró tambalearse escaleras abajo. Sentía como si acabase de recibir una verdadera reprimenda en todo su cuerpo, y con el castigo final de tener que espiar a un compañero. A un camarada.
Bueno, tanto como castigo… Datsue no debía nada al tal Akame. Ni siquiera le conocía, y, aunque así fuese, no sufriría de ningún tipo de remordimiento por tener que jugar a un doble juego con él. Quizá por eso mismo, el Kawakage le había elegido a él para aquella particular misión. O quizá simplemente porque no le quedaba nadie más a mano, como cuando el Torneo…
Fuese como fuese, deseaba de todo corazón que Akame fuese un espía... eso tan solo significaría mayor recompensa cuando le capturase.
Llegó a la sala de recepción y abrió la puerta de la salida, encontrándose con sus compañeros de equipo en plena charla. Datsue, todavía más blanco que el examen de matemáticas de un Uzureño, trató de sonreír y disimular el mal trago que acababa de pasar.
—¡El bueno del Kawakage! —exclamó, sonriendo. Pese a que no les había dado tiempo a preguntar, supuso que estarían intrigados por lo que había pasado—. Tan sólo quería felicitarme por… por mi… —miró de reojo a la ventana, todavía abierta, del Kawakage. Su sonrisa se borró de un plumazo y carraspeó, como asustado de que le estuviese oyendo, y cambió rápidamente de tema:—. Bueno, quizá debamos ir partiendo ya... ¿Nos recomiendas antes coger alguna cosa? —preguntó al guía.
Al espía.
Los hombros de Datsue se derrumbaron. Yubiwa acababa de reducir sus posibilidades de reconquista a la mitad, como mínimo, aunque bien era cierto que lo primero de todo era sobrevivir. ¿De qué le serviría recuperar el amor de Noemi si luego moría a manos de algún revolucionario de la Arena? Tan solo para vivir en su corazón…
…o lo que es lo mismo: para nada.
Sin embargo, a Yubiwa sí pareció gustarle el plan de Akame. Datsue sonrió y esperó con gesto inocente recibir su parte de adulación por su soberbia actuación, pero entonces…
—Partid, pues. Akame, Ritsuko y Noemi, primero. Esperad a Datsue abajo, él se queda conmigo un momento.
Un escalofrío recorrió su espina dorsal. Su parte más optimista todavía conservaba la esperanza de que Yubiwa le alabase o, mejor todavía, se arrepintiese de su participación en la misión para mandarle un encargo menos peligroso. Su parte escéptica, por contraparte, se esperaba lo peor. Y, para su desgracia, aquella parte de su mente ganaba en predicciones por goleada en los últimos tiempos.
Y aquella no pareció ser la excepción.
—¡ESTOY HARTO DE TU OSADÍA! ¿¡CÓMO SE TE OCURRE DECIR TODO ESO DE TU PROPIA VILLA!? ¡SEGURO QUE LO PIENSAS DE VERDAD, MALDITO MOCOSO! ¡¡DIANTRE, SEGURO QUE AQUÉL DÍA ME VOMITASTE A LOS PIES CON GUSTO, HIJO DE PUTA!!
Datsue levantó las manos, como inocente, y contorsionó el rostro como quien ve que va a recibir un puñetazo en plena cara. Tan aterrado como estaba, tan solo logró balbucear unas ininteligibles palabras antes de ver el guiño de Yubiwa. Entonces abrió la boca en forma de “o”, confuso, y la mantuvo así hasta que el Kawakage le lanzó un pergamino mientras seguía ladrándole improperios.
Vigila a Uchiha Akame. Creemos que puede estar involucrado con la organización como doble espía. Intenta averiguar todo lo que puedas sobre él y sobre su auténtica afiliación.
Esta vez fueron sus ojos los que se abrieron de par en par, leyendo y releyendo una y otra vez el contenido del pergamino, como si no terminase de dar crédito a lo que ponía. ¿Uchiha Akame un espía? Todavía no lo había acabado de asimilar cuando tuvo que devolverle el pergamino a Yubiwa y fue empujado por éste al exterior de la habitación.
¡Por Izanami, ¿pero esto es en serio?!
Con las rodillas flojas, logró tambalearse escaleras abajo. Sentía como si acabase de recibir una verdadera reprimenda en todo su cuerpo, y con el castigo final de tener que espiar a un compañero. A un camarada.
Bueno, tanto como castigo… Datsue no debía nada al tal Akame. Ni siquiera le conocía, y, aunque así fuese, no sufriría de ningún tipo de remordimiento por tener que jugar a un doble juego con él. Quizá por eso mismo, el Kawakage le había elegido a él para aquella particular misión. O quizá simplemente porque no le quedaba nadie más a mano, como cuando el Torneo…
Fuese como fuese, deseaba de todo corazón que Akame fuese un espía... eso tan solo significaría mayor recompensa cuando le capturase.
Llegó a la sala de recepción y abrió la puerta de la salida, encontrándose con sus compañeros de equipo en plena charla. Datsue, todavía más blanco que el examen de matemáticas de un Uzureño, trató de sonreír y disimular el mal trago que acababa de pasar.
—¡El bueno del Kawakage! —exclamó, sonriendo. Pese a que no les había dado tiempo a preguntar, supuso que estarían intrigados por lo que había pasado—. Tan sólo quería felicitarme por… por mi… —miró de reojo a la ventana, todavía abierta, del Kawakage. Su sonrisa se borró de un plumazo y carraspeó, como asustado de que le estuviese oyendo, y cambió rápidamente de tema:—. Bueno, quizá debamos ir partiendo ya... ¿Nos recomiendas antes coger alguna cosa? —preguntó al guía.
Al espía.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado