17/10/2016, 17:19
Reconozco que me por un instante me puse nervioso, no era por nada en especial, simplemente que me gustaba esforzarme quizás demasiado en resultar agradable. Por lo menos serlo con las personas que se merecían ese tipo de trato, consideraba que era lo justo y apropiado. A fin de cuentas y en este caso, Mizumi Eri estaba siendo agradable conmigo y la verdad era que Yoshimitsu no estaba muy acostumbrado a ello.
La cosa era que me gustaba mucho escuchar hablar a Eri, tanto que cuando lo hacía no se podía podía borrar de mi cara una sonrisa que parecía que ya no se iría nunca más. Y deseaba mucho poder controlar aquello, ¿Pero es que acaso podía? para nada.
— Vaya... Es, muy profundo eso que has dicho, Yoshi-san. Si insistes tanto, creo que tendré que hacerte caso, o al menos intentarlo.
-¡Oh Gracias hehe! Respondí agradecido. -Más te vale que me hagas caso, sino no acabaremos esta conversación hasta mañana. Respondí a lo segundo alegre.
Comenzamos a pasear por el bosque de la Hoja, todo parecía tranquilo, aquel devastado lugar fue alejándose de nosotros poco a poco, adentrándonos de nuevo al bosque. Apenas era medio día y quedaban bastantes horas de luz, el clima a pesar de la estación del año era la mar de agradable.
Ante mi desesperada pregunta para evitar un largo silencio que me provocaría un terrible pánico, Eri me contó un montón de cosas, cosas buenas sin lugar a dudas, cosas que no me sorprendieron en absoluto, se veía a leguas que Eri era buena persona, incluso mejor persona que yo de aquí al final de mundo.
— Bueno... La verdad es que suelo entrenar bastante, y si no estoy entrenando, suelo ir al hospital de Uzushio a ayudar. Ya sabes, cuatro manos son mejor que dos... ¿No? —
-Sin duda, me parece un gesto super altruista lo de ayudar en el hospital Respondí de forma automática, para demostrar a Eri que prestaba absoluta atención a sus palabras.
Seguidamente, se metió en terreno más personal, comenzó hablar de aquellas cosas que hacía cuando no era "kunoichi" por así decirlo.
— Sin embargo, en mi tiempo libre adoro ayudar a mi vecina, aunque a veces se ponga insoportable. ¡Me hace vestir vestidos muy extraños y exhibirlos por toda la aldea! O me manda a buscar ingredientes... —
Por lo que comentaba, supuse que su vecina sería una especie de modista o diseñadora de ropa. A mi me gustaba bastante la moda, a mi manera pero me gustaba, sabía apreciar y valorar a las personas que se esforzaban por ir conjuntadas y tratar de ir "cool".
-Entiendo a tu vecina, querer a alguien como tú para hacer de modelo...vamos que tu vecina no es tonta hehe. Aunque por su expresión última al decir aquello, parecía que Eri no tenía buena experiencia de su faceta como modelo. Por lo que me resultó un poco contradictorio. Para mí ser modelo, era algo bueno.
Y me dijo más cosas...
Que interesante, parece que marcha bien la cosa. No me contaría tantas cosas si no le cayera bien...¿Verdad?
— También me gusta salir a dar paseos, y tomar batidos, me gusta el de chocolate blanco... ¡Ah! Y tengo un diario... Pero eso no es muy interesante.
En aquello último estaba en desacuerdo, me parecía lo más interesante de toda la conversación, y no pude evitar imaginar una escena futura invitando a Eri a un delicioso batido. Aunque se me antojaba algo difícil...¿Pero quién sabe? A fin de cuentas era un tipo con suerte.
Suerte mía, ya puedes gestionar mi petición... Cerré los ojos por un instante con fuerza, como si mi pensamiento hubiera sido una especie de ejercicio mental, ordenando mi supuesta "suerte" preparar aquel evento imaginario.
Eri se fijó en mí, ahora era mi turno, el turno de hablar sobre mí. Me suponía un reto, puesto que nadie jamás se interesó por mis aficiones, incluso siempre tuve que llevarlas a cabo a escondidas para que nadie pensara que fuera un bicho raro o algo así.
— ¿Y tú, Yoshi-san? No me digas que solo dibujas en tus ratos libres...
-Pues...en mis ratos libres... Quedé pensativo unos intantes. -En mis ratos libres me suelo escapar de mi villa y me doy unos viajes como este, para desconectar. Yo entreno también, pero más la mente que otra cosa, me gusta leer mucho, cosas que no debería leer alguien como yo, y eso a veces me hace meterme en problemas. Estoy enfocando la especialidad de mi familia de una manera "distinta" y eso hace enojar a mis padres. Me sincere con Eri, a fin de cuentas nada malo podía pasar. En ningún momento le daría ningún tipo de información que me comprometiera.
-Por lo menos mi abuelo está de mi parte, le parece muy interesante mi "visión". Si no fuera por él, no hubiera podido progresar en absoluto en mi trabajo, sino fuera por él, no sería si quiera shinobi. Zanjé aquí el tema por el momento, salvo que Eri insistiera, por mi parte no diría nada más sobre mi asunto familiar.
-Por otra parte me gusta mucho la política y me gustaría en el futuro formar parte del consejo de mi villa, leo mucho al respecto sobre el tema, y procuro estar atento a todo lo que sucede en Onindo, me encanta estar al día. En este punto me puse serio, como si mi determinación fuera total en este aspecto. Una decisión que tomé hace tiempo, y como si fuera irrevocable.
-Y a mi también me gustan los batidos y de todo lo que sea dulce. Soy un apasionado de la comida en general, pero valoro y aprecio aquella que está preparada por uno mismo. Vamos lo que vendría a ser la comida casera. Las recetas de nuestras madres y abuelas hehe esas son las mejores. Pensar en aquello me robó otra sonrisa, me venía a la mente agradables recuerdos, cuando mi abuela vivía y la vida era más "despreocupada".
La cosa era que me gustaba mucho escuchar hablar a Eri, tanto que cuando lo hacía no se podía podía borrar de mi cara una sonrisa que parecía que ya no se iría nunca más. Y deseaba mucho poder controlar aquello, ¿Pero es que acaso podía? para nada.
— Vaya... Es, muy profundo eso que has dicho, Yoshi-san. Si insistes tanto, creo que tendré que hacerte caso, o al menos intentarlo.
-¡Oh Gracias hehe! Respondí agradecido. -Más te vale que me hagas caso, sino no acabaremos esta conversación hasta mañana. Respondí a lo segundo alegre.
Comenzamos a pasear por el bosque de la Hoja, todo parecía tranquilo, aquel devastado lugar fue alejándose de nosotros poco a poco, adentrándonos de nuevo al bosque. Apenas era medio día y quedaban bastantes horas de luz, el clima a pesar de la estación del año era la mar de agradable.
Ante mi desesperada pregunta para evitar un largo silencio que me provocaría un terrible pánico, Eri me contó un montón de cosas, cosas buenas sin lugar a dudas, cosas que no me sorprendieron en absoluto, se veía a leguas que Eri era buena persona, incluso mejor persona que yo de aquí al final de mundo.
— Bueno... La verdad es que suelo entrenar bastante, y si no estoy entrenando, suelo ir al hospital de Uzushio a ayudar. Ya sabes, cuatro manos son mejor que dos... ¿No? —
-Sin duda, me parece un gesto super altruista lo de ayudar en el hospital Respondí de forma automática, para demostrar a Eri que prestaba absoluta atención a sus palabras.
Seguidamente, se metió en terreno más personal, comenzó hablar de aquellas cosas que hacía cuando no era "kunoichi" por así decirlo.
— Sin embargo, en mi tiempo libre adoro ayudar a mi vecina, aunque a veces se ponga insoportable. ¡Me hace vestir vestidos muy extraños y exhibirlos por toda la aldea! O me manda a buscar ingredientes... —
Por lo que comentaba, supuse que su vecina sería una especie de modista o diseñadora de ropa. A mi me gustaba bastante la moda, a mi manera pero me gustaba, sabía apreciar y valorar a las personas que se esforzaban por ir conjuntadas y tratar de ir "cool".
-Entiendo a tu vecina, querer a alguien como tú para hacer de modelo...vamos que tu vecina no es tonta hehe. Aunque por su expresión última al decir aquello, parecía que Eri no tenía buena experiencia de su faceta como modelo. Por lo que me resultó un poco contradictorio. Para mí ser modelo, era algo bueno.
Y me dijo más cosas...
Que interesante, parece que marcha bien la cosa. No me contaría tantas cosas si no le cayera bien...¿Verdad?
— También me gusta salir a dar paseos, y tomar batidos, me gusta el de chocolate blanco... ¡Ah! Y tengo un diario... Pero eso no es muy interesante.
En aquello último estaba en desacuerdo, me parecía lo más interesante de toda la conversación, y no pude evitar imaginar una escena futura invitando a Eri a un delicioso batido. Aunque se me antojaba algo difícil...¿Pero quién sabe? A fin de cuentas era un tipo con suerte.
Suerte mía, ya puedes gestionar mi petición... Cerré los ojos por un instante con fuerza, como si mi pensamiento hubiera sido una especie de ejercicio mental, ordenando mi supuesta "suerte" preparar aquel evento imaginario.
Eri se fijó en mí, ahora era mi turno, el turno de hablar sobre mí. Me suponía un reto, puesto que nadie jamás se interesó por mis aficiones, incluso siempre tuve que llevarlas a cabo a escondidas para que nadie pensara que fuera un bicho raro o algo así.
— ¿Y tú, Yoshi-san? No me digas que solo dibujas en tus ratos libres...
-Pues...en mis ratos libres... Quedé pensativo unos intantes. -En mis ratos libres me suelo escapar de mi villa y me doy unos viajes como este, para desconectar. Yo entreno también, pero más la mente que otra cosa, me gusta leer mucho, cosas que no debería leer alguien como yo, y eso a veces me hace meterme en problemas. Estoy enfocando la especialidad de mi familia de una manera "distinta" y eso hace enojar a mis padres. Me sincere con Eri, a fin de cuentas nada malo podía pasar. En ningún momento le daría ningún tipo de información que me comprometiera.
-Por lo menos mi abuelo está de mi parte, le parece muy interesante mi "visión". Si no fuera por él, no hubiera podido progresar en absoluto en mi trabajo, sino fuera por él, no sería si quiera shinobi. Zanjé aquí el tema por el momento, salvo que Eri insistiera, por mi parte no diría nada más sobre mi asunto familiar.
-Por otra parte me gusta mucho la política y me gustaría en el futuro formar parte del consejo de mi villa, leo mucho al respecto sobre el tema, y procuro estar atento a todo lo que sucede en Onindo, me encanta estar al día. En este punto me puse serio, como si mi determinación fuera total en este aspecto. Una decisión que tomé hace tiempo, y como si fuera irrevocable.
-Y a mi también me gustan los batidos y de todo lo que sea dulce. Soy un apasionado de la comida en general, pero valoro y aprecio aquella que está preparada por uno mismo. Vamos lo que vendría a ser la comida casera. Las recetas de nuestras madres y abuelas hehe esas son las mejores. Pensar en aquello me robó otra sonrisa, me venía a la mente agradables recuerdos, cuando mi abuela vivía y la vida era más "despreocupada".