19/10/2016, 21:07
(Última modificación: 19/10/2016, 21:09 por Uchiha Akame.)
Si Hisagi estaba incómodo hablando de aquel tema —sobre todo a tres muchachos, que decían ser shinobis, y que él no conocía de nada—, quedó patente cuando su rostro se deformó en una mueca claramente molesta por las palabras de Datsue. Abrió la boca para contestar, pero no dijo nada. En lugar de ello la cerró junto con sus ojos, soltó un suspiro y volvió a abrir éstos últimos, momentos después. Examinó otra vez a los gennin, uno a uno, como si intentase averiguar cuánto de molestos podían llegar a ser.
«Se ha contenido bastante bien, un soldado cualquiera no lo hubiera hecho. ¿Quizás ha recibido una educación estricta? Parece que mi hipótesis sobre su noble origen cobra más sentido por momentos...»
—Perdonad mis modales, pero esos accidentes —puso un claro énfasis despectivo en aquella palabra— forman parte de investigaciones oficiales de las autoridades de Kawabe y, por tanto, no tengo autorización para hablar sobre ello. Ni siquiera a presuntos shinobis.
Akame soltó una risilla por lo bajo, divertido al ver cómo aquel tipo hablaba de sí mismo en tercera persona como si eso le fuese a hacer más fácil el mandarles a tomar viento fresco.
—En realidad sí que somos shinobis —interrumpió el Uchiha, sonriente, apartándose la capa de viaje lo justo para descubrir la placa metálica con el símbolo de Takigakure que llevaba anudada en torno al brazo.
El alguacil parpadeó un momento, perplejo. Buscó con la mirada las placas de los otros dos muchachos. Se detuvo en cuanto halló la de Karamaru.
—¿Un shinobi de Amegakure? Si no estoy mal informado, tu jurisdicción termina unos cuantos kilómetros al Oeste de aquí.
»Y, según tengo entendido, los shinobi de la Cascada actuáis con la autoridad que os confiere Kawakage-sama. Pero, si no recuerdo mal, decís que es el anuncio de un ciudadano el que os ha traído aquí —y, antes de que ninguno contestase, Hisagi agregó—, si estoy equivocado y esto es una misión oficial de Takigakure no Sato, ¿puedo ver el pergamino que lo acredita?
«Por todos los dioses de Oonindo, ahora se ha puesto en plan legal», masculló Akame para sus adentros. Parecía que, al final, Hisagi sí que tenía madera de noble —o, más bien, de funcionario—.
«Se ha contenido bastante bien, un soldado cualquiera no lo hubiera hecho. ¿Quizás ha recibido una educación estricta? Parece que mi hipótesis sobre su noble origen cobra más sentido por momentos...»
—Perdonad mis modales, pero esos accidentes —puso un claro énfasis despectivo en aquella palabra— forman parte de investigaciones oficiales de las autoridades de Kawabe y, por tanto, no tengo autorización para hablar sobre ello. Ni siquiera a presuntos shinobis.
Akame soltó una risilla por lo bajo, divertido al ver cómo aquel tipo hablaba de sí mismo en tercera persona como si eso le fuese a hacer más fácil el mandarles a tomar viento fresco.
—En realidad sí que somos shinobis —interrumpió el Uchiha, sonriente, apartándose la capa de viaje lo justo para descubrir la placa metálica con el símbolo de Takigakure que llevaba anudada en torno al brazo.
El alguacil parpadeó un momento, perplejo. Buscó con la mirada las placas de los otros dos muchachos. Se detuvo en cuanto halló la de Karamaru.
—¿Un shinobi de Amegakure? Si no estoy mal informado, tu jurisdicción termina unos cuantos kilómetros al Oeste de aquí.
»Y, según tengo entendido, los shinobi de la Cascada actuáis con la autoridad que os confiere Kawakage-sama. Pero, si no recuerdo mal, decís que es el anuncio de un ciudadano el que os ha traído aquí —y, antes de que ninguno contestase, Hisagi agregó—, si estoy equivocado y esto es una misión oficial de Takigakure no Sato, ¿puedo ver el pergamino que lo acredita?
«Por todos los dioses de Oonindo, ahora se ha puesto en plan legal», masculló Akame para sus adentros. Parecía que, al final, Hisagi sí que tenía madera de noble —o, más bien, de funcionario—.