5/11/2016, 20:40
Al parecer las últimas papas fritas con pescado que almorzó ese día no le cayeron demasiado bien al estómago de nuestro héroe de ojos dispares. Eso sumado al traqueteo del tren le provocó unas repentinas naúseas que le obligaron a agarrase el estómago e ir de emergencia a los servicios sin siquiera avisar a sus compañeros, pero es que la necesidad no se lo había permitido.
"¿¡Naze ja!?
Tras echar el buitre en la taza del inodoro se enjuagó la boca y regresó apenado al comedor mostrando un leve rubor en sus mejillas. No era su culpa pero le avergonzaba la falta de cortesía que mostró al salir corriendo así de la nada. Cuando llegó el resto del grupo ya se hallaba conversando con toda tranquilidad y lo último que quería era importunar la conversación. De hecho el grupo ya se había hecho medio grande y es en ese tipo de tumulto donde menos le agrada estar.
—Disculpen mis malos modales, ya he vuelto— Hizo una reverencia y tomó de nuevo su asiento.
Los demás ya habían pedido sus respectivas órdenes, pero él ni tiempo tuvo. Aunque como recién acababa de pasar por problemas vomitivos lo mejor sería no comer nada que le cayera pesado al estómago, no era del todo malo.
—Esto...— No importaba cuantos manuales de conducta se supiera de memoria, le costaba realizar una simple conversación —Creo que soy el único que falta por presentarse, soy Takanashi Tatsuya— Dijo con tono seco.
Estaba en un punto donde preferiría quedarse callado, si no le hablaban a él no hablaría a los demás. Simplemente se mantendría a la expectativa, analizando la situación, además de mantener vigilados los alrededores. Aún no se olvidaba del extraño hombrecillo que dejaron atrás en el vagón.