9/11/2016, 00:08
(Última modificación: 9/11/2016, 00:08 por Amedama Daruu.)
—¿Qué hace un encapuchado dentro de un ferrocarril?
Se le tensaron los músculos de las piernas y endureció la mirada. Las relajó después, cuando el extraño aseguró que era una broma. Aún le preocupaba la forma seca y misteriosa de hablar del samurái.
Al parecer el trío extranjero estaba volviendo a su país. Tenía sentido, si uno se paraba a pensarlo. El ferrocarril tenía como destino Yachi, y de allí podrían volver fácilmente a Takigakure.
—Perdonadme, comprenderéis que como shinobi de Amegakure tenga el deber de informarme de qué hacen unos extranjeros en mi país. Hanaiko Daruu, encantado. ¿Y vosotros sois...?
—¡Cagunmimare! ¡Po zi que vas lejo', zagal! —casi interrumpió el hombre que estaba cenando antes de que ellos llegaran—. Meno' mal que hoy en día la ternología no' lo facilita tó, ¿eh?
—Sanyeon Kuchiro, pero podéi llamarme Kuchi.
Sí, Daruu había estado varias veces en Yachi, y sí, había escuchado antes el acento propio de allí, pero nunca se había topado con uno tan cerrado.
—A mi pueden llamarme Kazuma, a secas y sin ningún honorifico ni formalidad.
—¿Y de dónde eres, Kazuma? —inquirió Daruu, justo cuando se presentaba el último integrante del grupo, que acababa de volver del baño.
Disculpen mis malos modales, ya he vuelto... Esto... Creo que soy el único que falta por presentarse, soy Takanashi Tatsuya.
—Hanaiko Daruu, mucho gusto, ya se lo he dicho a tus compañeros.
Se le tensaron los músculos de las piernas y endureció la mirada. Las relajó después, cuando el extraño aseguró que era una broma. Aún le preocupaba la forma seca y misteriosa de hablar del samurái.
Al parecer el trío extranjero estaba volviendo a su país. Tenía sentido, si uno se paraba a pensarlo. El ferrocarril tenía como destino Yachi, y de allí podrían volver fácilmente a Takigakure.
—Perdonadme, comprenderéis que como shinobi de Amegakure tenga el deber de informarme de qué hacen unos extranjeros en mi país. Hanaiko Daruu, encantado. ¿Y vosotros sois...?
—¡Cagunmimare! ¡Po zi que vas lejo', zagal! —casi interrumpió el hombre que estaba cenando antes de que ellos llegaran—. Meno' mal que hoy en día la ternología no' lo facilita tó, ¿eh?
—Sanyeon Kuchiro, pero podéi llamarme Kuchi.
Sí, Daruu había estado varias veces en Yachi, y sí, había escuchado antes el acento propio de allí, pero nunca se había topado con uno tan cerrado.
—A mi pueden llamarme Kazuma, a secas y sin ningún honorifico ni formalidad.
—¿Y de dónde eres, Kazuma? —inquirió Daruu, justo cuando se presentaba el último integrante del grupo, que acababa de volver del baño.
Disculpen mis malos modales, ya he vuelto... Esto... Creo que soy el único que falta por presentarse, soy Takanashi Tatsuya.
—Hanaiko Daruu, mucho gusto, ya se lo he dicho a tus compañeros.