9/11/2016, 00:12
(Última modificación: 9/11/2016, 00:12 por Amedama Daruu.)
Nada más decirlo, Daruu ya se había sentido mal. Pero cuando Kori confirmó que lo suyo no era más que una vana preocupación, fue como si una losa cayera sobre sus hombros:
—Comprendo tus inquietudes, Daruu. Pero mientras estemos de oficio, Ayame y yo no seremos otra cosa que alumna y sensei. Exactamente igual que tú y yo. Nadie recibirá ningún tipo de trato especial.
—Lo siento, pero... Yo no estaba insinuando eso, más bien tenía miedo de sobrar, de...
—Y lo mismo espero entre vosotros dos. — Kori extendió el puño hacia ellos dos. Al principio no supo qué es lo que pretendía. Cruzó miradas de reojo con Ayame, y a riesgo de parecer un estúpido...
...¿chocó el puño con Kori?
—E... entendido... Kori... ¿-sensei? —esbozó una sonrisa temerosa.
—Comprendo tus inquietudes, Daruu. Pero mientras estemos de oficio, Ayame y yo no seremos otra cosa que alumna y sensei. Exactamente igual que tú y yo. Nadie recibirá ningún tipo de trato especial.
—Lo siento, pero... Yo no estaba insinuando eso, más bien tenía miedo de sobrar, de...
—Y lo mismo espero entre vosotros dos. — Kori extendió el puño hacia ellos dos. Al principio no supo qué es lo que pretendía. Cruzó miradas de reojo con Ayame, y a riesgo de parecer un estúpido...
...¿chocó el puño con Kori?
—E... entendido... Kori... ¿-sensei? —esbozó una sonrisa temerosa.