10/11/2016, 11:47
La muchacha parecía algo apática desde el principio, y según iban hablando, el de rastas de iba dando cuenta de que no estaba lo que se dice feliz, quizás era producto de las horas que eran, al fin y al cabo, no dejaba de ser bastante pronto y no todo el mundo es capaz de estar activo a esas horas, por lo que Riko prefirió no darle mayor importancia.
— No lo sé. Pero no pasa, deben estar ocupados; mejor no molestarles.
Tenía razón, el moreno fijó su mirada en el lugar en el que se suponía que tendría que encontrarse la recepcionista, que, de un momento a otro se había ido y ahora no sabía donde se encontraba, por lo que tardarían, al menos, un rato más en poder acercarse hablar con ella para que les dejara subir a ver a Shiona-sama.
— Por cierto, Riko.
Aquellas palabras le sacaron de su ensimismamiento, al fi y al cabo, el también se había despertado pronto y estaba poco espabilado.
— ¿Tu... Me viste en el Torneo? Me refiero, sé que estabas allí, ya que nos conocimos allí, pero como pasó... Lo que pasó. Es decir, erm... ¿Qué te ocurrió?
Aquella pregunta le pilló por sorpresa pero, al fin y al cabo, era normal que, siendo compañeros de villa se preguntaran aquello, todo el mundo vivió su pequeña historia. Riko cogió un poco de aire y se recostó en la silla, dejándose caer levemente.
— Pues verás... Sí, sí te vi en el torneo, estuve allí en la final, pero... cuando pasó... lo que pasó... No vi nada más, se derrumbó la parte del estadio en la que estaba con mis padres y... — Se le empezó a formar un nudo en la garganta, no era un tema fácil del que hablar. — Bueno, ¿y que fue de ti? Es decir, estabas allí, en medio de todo, ¿que pasó? — Preguntó, pues al fin y al cabo, nadie mejor que Eri para contarle lo que sucedió al fin y al cabo estuvo a escasos metros del monstruo que se apareció en el estadio.
— No lo sé. Pero no pasa, deben estar ocupados; mejor no molestarles.
Tenía razón, el moreno fijó su mirada en el lugar en el que se suponía que tendría que encontrarse la recepcionista, que, de un momento a otro se había ido y ahora no sabía donde se encontraba, por lo que tardarían, al menos, un rato más en poder acercarse hablar con ella para que les dejara subir a ver a Shiona-sama.
— Por cierto, Riko.
Aquellas palabras le sacaron de su ensimismamiento, al fi y al cabo, el también se había despertado pronto y estaba poco espabilado.
— ¿Tu... Me viste en el Torneo? Me refiero, sé que estabas allí, ya que nos conocimos allí, pero como pasó... Lo que pasó. Es decir, erm... ¿Qué te ocurrió?
Aquella pregunta le pilló por sorpresa pero, al fin y al cabo, era normal que, siendo compañeros de villa se preguntaran aquello, todo el mundo vivió su pequeña historia. Riko cogió un poco de aire y se recostó en la silla, dejándose caer levemente.
— Pues verás... Sí, sí te vi en el torneo, estuve allí en la final, pero... cuando pasó... lo que pasó... No vi nada más, se derrumbó la parte del estadio en la que estaba con mis padres y... — Se le empezó a formar un nudo en la garganta, no era un tema fácil del que hablar. — Bueno, ¿y que fue de ti? Es decir, estabas allí, en medio de todo, ¿que pasó? — Preguntó, pues al fin y al cabo, nadie mejor que Eri para contarle lo que sucedió al fin y al cabo estuvo a escasos metros del monstruo que se apareció en el estadio.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»