10/11/2016, 22:19
Tras unos breves segundos de vacilación, Daruu alzó el puño y lo chocó con el de Kōri.
—E... entendido... Kōri... ¿-sensei?
El gesto de él permaneció igual de desangelado que siempre, pero en sus ojos destelló un curioso y fugaz brillo justo antes de volverse hacia Ayame. Ella, sobresaltada pero con una radiante sonrisa de felicidad, se unió al grupo chocando también su puño. Y de aquella manera tan peculiar quedó firmado el equipo de Kōri.
—¡Entonces estamos todos de acuerdo! —exclamó, cuando los tres bajaron el brazo al unísono. Yy un par de segundos después su gesto mudó a una profunda confusión—. Entonces... yo debería llamarte también... "-sensei"?
Obviamente, él asintió. Y Ayame tuvo un extraño sentimiento al respecto. Se le hacía cuando menos extraño. Ella, que nunca jamás había utilizado ningún tipo de apelativo para referirse a su hermano mayor ahora se veía obligada a reverenciarlo como el profesor o en el tutor que se había convertido de la nocha a la mañana para ellos dos.
—¿Creíais que sólo actuaba como juez en vuestro combate? Os estaba evaluando a ambos. Padre ya conocía mis planes al respecto —explicó Kōri—. En cuanto os recuperéis llevaremos a cabo nuestra primera misión como equipo, así que más os vale estar preparados para entonces. Hace tiempo que habéis dejado atrás las misiones de rango D.
Se apartó de los muchachos, y la bufanda que llevaba enroscada en torno al cuello ondeó tras él cuando se dirigió hacia la puerta de la habitación.
—Si no me necesitáis para nada más... —añadió, al detenerse en seco en el umbral de la puerta.
Ayame se sentó en su camilla, aún ebria de felicidad, y negó con la cabeza.
—E... entendido... Kōri... ¿-sensei?
El gesto de él permaneció igual de desangelado que siempre, pero en sus ojos destelló un curioso y fugaz brillo justo antes de volverse hacia Ayame. Ella, sobresaltada pero con una radiante sonrisa de felicidad, se unió al grupo chocando también su puño. Y de aquella manera tan peculiar quedó firmado el equipo de Kōri.
—¡Entonces estamos todos de acuerdo! —exclamó, cuando los tres bajaron el brazo al unísono. Yy un par de segundos después su gesto mudó a una profunda confusión—. Entonces... yo debería llamarte también... "-sensei"?
Obviamente, él asintió. Y Ayame tuvo un extraño sentimiento al respecto. Se le hacía cuando menos extraño. Ella, que nunca jamás había utilizado ningún tipo de apelativo para referirse a su hermano mayor ahora se veía obligada a reverenciarlo como el profesor o en el tutor que se había convertido de la nocha a la mañana para ellos dos.
—¿Creíais que sólo actuaba como juez en vuestro combate? Os estaba evaluando a ambos. Padre ya conocía mis planes al respecto —explicó Kōri—. En cuanto os recuperéis llevaremos a cabo nuestra primera misión como equipo, así que más os vale estar preparados para entonces. Hace tiempo que habéis dejado atrás las misiones de rango D.
Se apartó de los muchachos, y la bufanda que llevaba enroscada en torno al cuello ondeó tras él cuando se dirigió hacia la puerta de la habitación.
—Si no me necesitáis para nada más... —añadió, al detenerse en seco en el umbral de la puerta.
Ayame se sentó en su camilla, aún ebria de felicidad, y negó con la cabeza.