13/11/2016, 17:52
Fueron testigos de cómo finalmente, los dos chunnins subían las escaleras, muy probablemente en dirección al despacho de su kage. Ahora la secretaria les hacia señales para que se acecaran ya que estaban parados hablando como si tal cosa con la de cola que tenían detrás.
— Chicos, ¿en qué os puedo ayudar? — les preguntó la joven que se encontraba tras el mostrador.
— Venga jovenzuelos, que no tenemos todo el día. ¡Dejaos de amorios y avanzad!
Les gritaba una anciana desde el final de la cola.
La recepcionista solo los miraba esperando que se acercaran para ver qué querían, mientras intentaba que el jaleo no fuera a mayores.
— Chicos, ¿en qué os puedo ayudar? — les preguntó la joven que se encontraba tras el mostrador.
— Venga jovenzuelos, que no tenemos todo el día. ¡Dejaos de amorios y avanzad!
Les gritaba una anciana desde el final de la cola.
La recepcionista solo los miraba esperando que se acercaran para ver qué querían, mientras intentaba que el jaleo no fuera a mayores.
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