17/11/2016, 15:11
La conversación acerca delo ocurrido en el Torneo de los Dojos tendrían que dejarla para otro momento, al parecer la recepcionista del edificio había regresado y ya había despachado a todos los que había delante de ellos esperando, por lo que rápidamente les llamó.
— Chicos, ¿en qué os puedo ayudar? — les preguntó la joven que se encontraba tras el mostrador.
Riko se sobresaltó un poco, pues no esperaba que les fueran a llamar tan rápido y miró a la recepcionista.
— Venga jovenzuelos, que no tenemos todo el día. ¡Dejaos de amorios y avanzad!
Una anciana parecía tener demasiada prisa, nunca le había caído bien la gente que no tiene un poco de educación, si querías que te atendieran el primero, llega el primero y así no das la lata. Riko le dirigió una mirada a la anciana, demostrando que no tenía por qué meterles prisa, que hubiera madrugado más.
Eri entonces tiró de él, acercándose así ambos a la recepción del edificio.
— Buenos días, mi nombre es Mizumi Eri y venía a por una misión.
El rastas miró a su compañera, y contestó exactamente de la misma manera en que ésta lo había hecho, de todas formas, era lo más probable, que fuera una misión, y si decía otra cosa entraría cada uno por su cuenta, así que... mejor eso.
— Mi nombre es Haiso Riko, y vengo por lo mismo que ella. — Relató, con una sonrisa en la cara, agradeciendo el que les hubiera avisado para acercarse.
— Chicos, ¿en qué os puedo ayudar? — les preguntó la joven que se encontraba tras el mostrador.
Riko se sobresaltó un poco, pues no esperaba que les fueran a llamar tan rápido y miró a la recepcionista.
— Venga jovenzuelos, que no tenemos todo el día. ¡Dejaos de amorios y avanzad!
Una anciana parecía tener demasiada prisa, nunca le había caído bien la gente que no tiene un poco de educación, si querías que te atendieran el primero, llega el primero y así no das la lata. Riko le dirigió una mirada a la anciana, demostrando que no tenía por qué meterles prisa, que hubiera madrugado más.
Eri entonces tiró de él, acercándose así ambos a la recepción del edificio.
— Buenos días, mi nombre es Mizumi Eri y venía a por una misión.
El rastas miró a su compañera, y contestó exactamente de la misma manera en que ésta lo había hecho, de todas formas, era lo más probable, que fuera una misión, y si decía otra cosa entraría cada uno por su cuenta, así que... mejor eso.
— Mi nombre es Haiso Riko, y vengo por lo mismo que ella. — Relató, con una sonrisa en la cara, agradeciendo el que les hubiera avisado para acercarse.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»