31/05/2015, 15:01
La mirada de Juro no hizo más que ensanchar la sonrisa del mediomuerto Nabi. ¿De verdad creia que Shiori le hubiera dejado entrometerse? ¿Pero esa gente pensaba con la cabeza o pensaba con el pie? Aunque no sabia qué pensaba Kazuma. ¿Habria entendido lo que habia pasado? ¿O simplemente ni se habia enterado? Todas esas preguntas tendrian respuestas al final de la prueba... o no.
En ese momento estaba en un combate de Taijutsu contra Juro. Seria mejor concentrarse. Ya habia decidido esperarse al contraataque, tendria que bloquear el golpe. Pero ni sus reflejos ni su condición apostaban por poder adelantarse a los del marionetistas. Así pues, apostó por cubrirse de cintura para arriba clavando los codos en el estomago y cubriendo hasta el cuello con sus brazos, así no podria darle un golpe en el pecho directo y como los ataques a la cara estaban prohibidos, no tenia sentido preocuparse por ello.
Como habia previsto Juro se lanzó hacia él dispuesto a golpearle con su brazo derecho en alto. Mas acentuada fue la sorpresa de que aquello no era más que una treta, el verdadero puñetazo lo propinó con su puño izquierdo buscando su estomago, por suerte, Nabi se habia cubierto bien. Sin embargo, eso hizo que tardara más en contraatacar, pero aún así lanzó un buen puntapié con su diestra buscando el tobillo izquierdo del marionetista. Iba a buscar la caida del joven para la victoria. Era obvio que cualquier intento de darle un golpe en el pecho iba a ser previsible y facilmente bloqueable, sobretodo teniendo en cuenta que Juro era un canijo bastante más agil que él.
Se mantuvo con su posición de mantener los brazos como un muro infranqueable, cada vez que el moreno atacara se llevaria una patada hasta que finalmente estuviera suficientemente jodido como para que Nabi pudiera sorprenderle y tirarle.
Por otro lado, Kazuma se habia acercado con actitud militar a su sensei. La mujer esperó a ver qué hacia el peliblanco, cuando finalmente se posicionó y Shiori comprobó que estaba esperando sus ordenes habló.
Lanzale este shuriken a Nabi antes de que acabe el combate, apunta donde quieras y tiralo cuando quieras.
Con el tono más autoritario que Kazuma habia escuchado en su vida, la Kureji le soltó que traicionara todo lo que sabia de trabajo en equipo, de compañerismo y de cualquier tonteria que se pareciera levemente. Le tendió la mano, con el shuriken en cuestión, por mucho que se mirara por donde se mirara, era un shuriken de verdad, real como la vida misma. Era su elección cogerlo o no cogerlo, lanzarlo o no lanzarlo.
La pelirroja por su parte estaba con la vista puesta en el combate con la mano extendida ante Kazuma con aquella arma arrojadiza.
En ese momento estaba en un combate de Taijutsu contra Juro. Seria mejor concentrarse. Ya habia decidido esperarse al contraataque, tendria que bloquear el golpe. Pero ni sus reflejos ni su condición apostaban por poder adelantarse a los del marionetistas. Así pues, apostó por cubrirse de cintura para arriba clavando los codos en el estomago y cubriendo hasta el cuello con sus brazos, así no podria darle un golpe en el pecho directo y como los ataques a la cara estaban prohibidos, no tenia sentido preocuparse por ello.
Como habia previsto Juro se lanzó hacia él dispuesto a golpearle con su brazo derecho en alto. Mas acentuada fue la sorpresa de que aquello no era más que una treta, el verdadero puñetazo lo propinó con su puño izquierdo buscando su estomago, por suerte, Nabi se habia cubierto bien. Sin embargo, eso hizo que tardara más en contraatacar, pero aún así lanzó un buen puntapié con su diestra buscando el tobillo izquierdo del marionetista. Iba a buscar la caida del joven para la victoria. Era obvio que cualquier intento de darle un golpe en el pecho iba a ser previsible y facilmente bloqueable, sobretodo teniendo en cuenta que Juro era un canijo bastante más agil que él.
Se mantuvo con su posición de mantener los brazos como un muro infranqueable, cada vez que el moreno atacara se llevaria una patada hasta que finalmente estuviera suficientemente jodido como para que Nabi pudiera sorprenderle y tirarle.
Por otro lado, Kazuma se habia acercado con actitud militar a su sensei. La mujer esperó a ver qué hacia el peliblanco, cuando finalmente se posicionó y Shiori comprobó que estaba esperando sus ordenes habló.
Lanzale este shuriken a Nabi antes de que acabe el combate, apunta donde quieras y tiralo cuando quieras.
Con el tono más autoritario que Kazuma habia escuchado en su vida, la Kureji le soltó que traicionara todo lo que sabia de trabajo en equipo, de compañerismo y de cualquier tonteria que se pareciera levemente. Le tendió la mano, con el shuriken en cuestión, por mucho que se mirara por donde se mirara, era un shuriken de verdad, real como la vida misma. Era su elección cogerlo o no cogerlo, lanzarlo o no lanzarlo.
La pelirroja por su parte estaba con la vista puesta en el combate con la mano extendida ante Kazuma con aquella arma arrojadiza.
—Nabi—