2/12/2016, 19:18
—Pues yo creo que llego puntual, Daruu-kun —Una gélida voz anunció una llegada a su espalda. Daruu se dio la vuelta tan deprisa por el susto que se tropezó con un ladrillo salido del puente y cayó golpeando su trasero con el cemento.
—¡Ay, y qué culpa tengo yo! —se quejó.
—De hecho diría que tú has estado a punto de llegar tarde, Ayame.
Kori estaba de cuclillas, acaparado en el mismo borde de piedra en el que él había estado sentado hacía apenas un instante. Señalaba a su hermana pequeña con el dedo índice, quien no tardó en excusarse. Daruu se levantó acariciándose las posaderas y maldiciendo en voz baja.
—Espero que vayáis preparados. El viaje que nos espera no es precisamente corto, y el tren no pasa por Coladragón así que nos toca ir a pie. Seguramente nos toque acampar alguna noche. ¿Nos vamos?
¡Sí! —exclamó Ayame. Ella llevaba su mochila de viaje a cuestas.
Daruu señaló bajo el bordillo donde Kori estaba apoyado. Ahí había una mochila marrón bastante grande.
—Tengo mi propio equipaje. Comida en lata y agua, principalmente... Una fiambrera con pizza también, que no falte —A Daruu le brillaron los ojos—. Y una bolsa con bollitos. Mi madre ha insistido.
Se acercó a su bolsa y se la echó a la espalda.
—¡Estoy listo!
El trío inició el viaje informando en la salida el objetivo de su ausencia. Bordearon el lago para encararse en dirección noroeste, y cruzaron las estepas con la lluvia cayendo sobre sus cabezas, prácticamente en silencio.
—Oye, Kori-sensei —preguntó Daruu, al rato de partir—. Hemos venido preparados, pero... ¿Realmente vamos a tener que acampar? Coladragón sólo está a medio día de camino, y es bastante temprano. Podríamos alojarnos allí, si la misión nos lleva más de un día. Y por la ruta que hacemos está Shinogi-To, si no me equivoco. Ahí también hay alojamiento, ¿no?
—¡Ay, y qué culpa tengo yo! —se quejó.
—De hecho diría que tú has estado a punto de llegar tarde, Ayame.
Kori estaba de cuclillas, acaparado en el mismo borde de piedra en el que él había estado sentado hacía apenas un instante. Señalaba a su hermana pequeña con el dedo índice, quien no tardó en excusarse. Daruu se levantó acariciándose las posaderas y maldiciendo en voz baja.
—Espero que vayáis preparados. El viaje que nos espera no es precisamente corto, y el tren no pasa por Coladragón así que nos toca ir a pie. Seguramente nos toque acampar alguna noche. ¿Nos vamos?
¡Sí! —exclamó Ayame. Ella llevaba su mochila de viaje a cuestas.
Daruu señaló bajo el bordillo donde Kori estaba apoyado. Ahí había una mochila marrón bastante grande.
—Tengo mi propio equipaje. Comida en lata y agua, principalmente... Una fiambrera con pizza también, que no falte —A Daruu le brillaron los ojos—. Y una bolsa con bollitos. Mi madre ha insistido.
Se acercó a su bolsa y se la echó a la espalda.
—¡Estoy listo!
El trío inició el viaje informando en la salida el objetivo de su ausencia. Bordearon el lago para encararse en dirección noroeste, y cruzaron las estepas con la lluvia cayendo sobre sus cabezas, prácticamente en silencio.
—Oye, Kori-sensei —preguntó Daruu, al rato de partir—. Hemos venido preparados, pero... ¿Realmente vamos a tener que acampar? Coladragón sólo está a medio día de camino, y es bastante temprano. Podríamos alojarnos allí, si la misión nos lleva más de un día. Y por la ruta que hacemos está Shinogi-To, si no me equivoco. Ahí también hay alojamiento, ¿no?