7/06/2015, 01:37
Me sentí un poco orgulloso de mi mismo cuando Kori-sensei me dio la razón. Sabia que la confianza en uno mismo, muchas veces no era buena, pero en realidad no era en mi mismo en quien confiaba. Confiaba en la sangre que había heredado de mi madre, y en las habilidades que mi padre había implantado a mi cuerpo por la fuerza, por que no había nacido con ellas. Me pregunto muchas veces si mama hubiese hecho lo mismo. Pero no, no transformamos a la gente bebiendo su sangre ni dándole la nuestra ni nada por el estilo.
Pero Kori se marcho del aula tan rápido que ni siquiera nadie pudo reprocharle, como una ráfaga de aire frió llego, e igual se había largado, dejando a los tres allí solos. Su hermana no tardo en marcharse, aun parecía preocupada por volver a la academia, pero en fin, quien era yo para intentar animar a alguien? Toda misión fallida tendrá un castigo en el futuro, y cuanto mas avancemos mas peligroso sera, volver a la academia parecía cosa de niños mas pequeños si lo pensabas detenidamente.
—Bueno, yo también me marcho, nos vemos mañana, Daruu
En realidad, no me marche directamente a casa, seguramente mi padre tenia tantas ganas de sacarme de allí por que estaba planeando algo, y si llegaba tan pronto seguro que me lo encontraba haciendo alguna cosa desagradable. Subí hasta la azotea de la academia, y me senté en el borde. Una de las habilidades que papa me había otorgado era la de poder volar, por lo que, nunca me había dado tiempo a temerle a las alturas.
— La verdad es que no ha sido tan malo, bueno, tal vez nuestro sensei es un poco frío, cada vez que le miro se me hiela la sangre
Me atreví a bromear conmigo mismo. Cualquiera que me observara en aquel momento, mientras hablaba con mi propio yo, sentado en el borde de la azotea de un enorme edificio, podría pensar que era un loco que estaba planeando su suicidio. Pero hacia años, muchos años, que no importaba para nada lo que la gente opinara. O igual simplemente ya aborrecía el tema y me daba lo mismo. A veces simplemente asentía y les daba la razón para que me dejaran en paz. La gente es muy pesada cuando quiere.
Cuando me cansé de estar allí, volví a casa. La verdad es que todavía quedaba un día muy largo por delante y no sabia muy bien que hacer. Tal vez entrenaría, o tal vez saliera por ahí a asustar adolescentes rubias. Entre a casa con temor de encontrarme alguna escena no apta para mentes de mi edad, sin embargo, no había nadie. Como entre directamente a mi habitación, y me tire a leer comics, no vi la nota que habían dejado mis padres.
En definitiva, pase el día solo en casa. Y al siguiente tampoco aparecieron. Fue entonces cuando leí la nota de que se habían marchado de misión "una semana o así" y que no sabían cuando volverían. Inocente de mi me lo creí, pero en realidad se habían largado de viaje de paraje los dos. Sin mi. Maldita sea, yo también quería irme de viaje,
En fin, como habíamos quedado a las nueve, salí de casa una hora antes, o así. No quería ser el ultimo en llegar, y mucho menos quería llegar tarde. Mejor llegar pronto. Muy pronto. Por que el lugar no estaba a mas de quince minutos andando.
Pero Kori se marcho del aula tan rápido que ni siquiera nadie pudo reprocharle, como una ráfaga de aire frió llego, e igual se había largado, dejando a los tres allí solos. Su hermana no tardo en marcharse, aun parecía preocupada por volver a la academia, pero en fin, quien era yo para intentar animar a alguien? Toda misión fallida tendrá un castigo en el futuro, y cuanto mas avancemos mas peligroso sera, volver a la academia parecía cosa de niños mas pequeños si lo pensabas detenidamente.
—Bueno, yo también me marcho, nos vemos mañana, Daruu
En realidad, no me marche directamente a casa, seguramente mi padre tenia tantas ganas de sacarme de allí por que estaba planeando algo, y si llegaba tan pronto seguro que me lo encontraba haciendo alguna cosa desagradable. Subí hasta la azotea de la academia, y me senté en el borde. Una de las habilidades que papa me había otorgado era la de poder volar, por lo que, nunca me había dado tiempo a temerle a las alturas.
— La verdad es que no ha sido tan malo, bueno, tal vez nuestro sensei es un poco frío, cada vez que le miro se me hiela la sangre
Me atreví a bromear conmigo mismo. Cualquiera que me observara en aquel momento, mientras hablaba con mi propio yo, sentado en el borde de la azotea de un enorme edificio, podría pensar que era un loco que estaba planeando su suicidio. Pero hacia años, muchos años, que no importaba para nada lo que la gente opinara. O igual simplemente ya aborrecía el tema y me daba lo mismo. A veces simplemente asentía y les daba la razón para que me dejaran en paz. La gente es muy pesada cuando quiere.
Cuando me cansé de estar allí, volví a casa. La verdad es que todavía quedaba un día muy largo por delante y no sabia muy bien que hacer. Tal vez entrenaría, o tal vez saliera por ahí a asustar adolescentes rubias. Entre a casa con temor de encontrarme alguna escena no apta para mentes de mi edad, sin embargo, no había nadie. Como entre directamente a mi habitación, y me tire a leer comics, no vi la nota que habían dejado mis padres.
En definitiva, pase el día solo en casa. Y al siguiente tampoco aparecieron. Fue entonces cuando leí la nota de que se habían marchado de misión "una semana o así" y que no sabían cuando volverían. Inocente de mi me lo creí, pero en realidad se habían largado de viaje de paraje los dos. Sin mi. Maldita sea, yo también quería irme de viaje,
En fin, como habíamos quedado a las nueve, salí de casa una hora antes, o así. No quería ser el ultimo en llegar, y mucho menos quería llegar tarde. Mejor llegar pronto. Muy pronto. Por que el lugar no estaba a mas de quince minutos andando.