16/01/2017, 15:46
Ciertamente el joven médico había malinterpretado la escena al juzgarla simplemente por lo que se escuchaba desde la lejanía. Pero había que tomar en cuenta de que había muy pocos árboles en la aldea, por suerte para aquel espécimen, la kunoichi tenía una pésima puntería.
Parecía que Mogura había asustado a la muchacha cuando intervino para parar una pelea que nunca había ocurrido. Como prueba de aquello estaba esa shuriken que se le había caído al piso sin siquiera haberla lanzado antes. A diferencia suya, la chica no portaba una bandana en la frente, tampoco en la cintura o en el brazo como otras veces había llegado a ver.
¿Será una estudiante aún?
Pensaba el chico de cabello azabache. Acompañando con la mirada a la chica en su repaso del lugar, su único oponente parecía ser aquel árbol.
Creo... que se ha equivocado. Aquí no hay nadie peleando. Sólo estoy practicando con los shuriken.
Explicaría la kunoichi mientras se daba a la tarea de recoger las armas arrojadizas repartidas en la cercanía. Mirando rápidamente a su alrededor, el joven ubicaría una de las shuriken y sin pensarlo mucho se agacharía a recogerla del piso.
Pero... ¿Fuiste tu quien gritó hace un momento?
Consultaría con un poco de curiosidad y acercándose lo suficiente para poder devolverle el pedazo de metal con puntas.
Parecía que Mogura había asustado a la muchacha cuando intervino para parar una pelea que nunca había ocurrido. Como prueba de aquello estaba esa shuriken que se le había caído al piso sin siquiera haberla lanzado antes. A diferencia suya, la chica no portaba una bandana en la frente, tampoco en la cintura o en el brazo como otras veces había llegado a ver.
¿Será una estudiante aún?
Pensaba el chico de cabello azabache. Acompañando con la mirada a la chica en su repaso del lugar, su único oponente parecía ser aquel árbol.
Creo... que se ha equivocado. Aquí no hay nadie peleando. Sólo estoy practicando con los shuriken.
Explicaría la kunoichi mientras se daba a la tarea de recoger las armas arrojadizas repartidas en la cercanía. Mirando rápidamente a su alrededor, el joven ubicaría una de las shuriken y sin pensarlo mucho se agacharía a recogerla del piso.
Pero... ¿Fuiste tu quien gritó hace un momento?
Consultaría con un poco de curiosidad y acercándose lo suficiente para poder devolverle el pedazo de metal con puntas.
Hablo - Pienso