Reunión de chiflados

[Eikyuu Juro]

Juro asintió ante las palabras de su sensei, ahora lo entendía un poco mejor. No se trataba de hacer cualquier burrada, sino de tener confianza en ella.

Nabi permaneció en silencio ante los comentarios de su sensei. Hasta que llegó el desafortunado de Kazuma, que logró irritarla, y con razón.

La mujer repentinamente se quitó una de las vendas que tenían, y les enseño su brazo. Más bien una gran cicatriz en su brazo, que acompasaba perfectamente el sermón que les estaba dando, de lo que él mismo podría sufrir si él o uno de sus compañeros hacían algo que no debían. Juro la miró con gesto sombrío, pero la cosa empeoraba por momentos.

Siguiendo con esto, y cada vez más enfadada, le vió como un problema para el equipo, y tan pronto como estaba a su lado, apareció Shiori, para romperle a él y a la pared de un puñetazo, y llevarselo lejos, para otra oleada de dolor, que seguramente sería mucho más intenso.

"Que fuerza..." — Pensó para sus adentros, sorprendido por el arranque de la mujer, que segundos antes parecía tener la intención de dejarlo pasar.

No pudo evitar sentir angustia, mientras veía como le estaban dando una paliza. Le gustaría poder hacer algo, pero no sabía como. Nabi se le adelantó.

¿Como salvar a alguien de una paliza por insultar a la sensei? Lanzandole un insulto peor.

Pero antes de arrojarse a la muerte, este le susurró a Juro que no hiciese nada. Cosa que le sorprendió bastante.

"¿Me esta protegiendo? — después de todo, quizas si que le había malinterpretado. En ese momento se arrepintió de haberse enfadado con él.

— No... — musitó, en un tono muy bajo, demasiado para que Shiori, con el cabreo que llevaba, le pudiese oir. Intentó agarrar a Nabi, pero ya era tarde, se había levantado, y no pudo ni rozarle, repentinamente se alzó.

Se quedó paralizado. ¿Era una amenaza? ¿Lo hacia en serio? ¿Tenía que intervenir? No supo que hacer, trató de levantarse, pero el dolor en el hombro le inmovilizó. Fue en ese momento cuando algo le arrancó de sus pensamientos.

Kazuma había lanzado otro shuriken.

Un sentimiento de rabia apareció en el marionetista. ¿Acaso era idiota? ¿Quería sacrificar los esfuerzos de Nabi por ayudarle? ¿No había aprendido nada? Le llamó irascible, y dictó que ya era suficiente por hoy, como si fuese el que mandase, antes de caer al suelo.

Esto le hizo espabilarse, la cosa se ponía fea. Muy fea. Podía tomárselo como una amenaza, como un insulto. Y Nabi también podría estar en peligro. Esta vez se levantó, ignorando el dolor en el hombro, con dificultad.

— Shiori-sensei, por favor.... — su voz era débil, pero logro alzarse. Esta reflejaba perfectamente su estado de animo, y porque no, él mismo en ese momento — Kazuma se ha pasado de la raya, pero ya ha aprendido la lección — señaló a un inconsciente y malherido Kazuma, aun en el suelo. Al menos así estaba calladito — y Nabi...no lo decía enserio, ha demostrado compañerismo...¿No es eso uno de los objetivos que quiere de nosotros? — casi estaba suplicando clemencia, aunque a él no le estaba haciendo nada — Quiza Kazuma necesite atención médica, incluso. ¿No podría olvidar este infortunado accidente? Haré...Haremos lo que sea necesario.

Puede que estuviese comprometiendo su integridad física. Pero no podía quedarse callado, tal y como le había dicho Nabi. Quedarse mientras sus compañeros recibían. Eso es lo que haría un cobarde, y aunque Juro lo fuese, tenía principios.