19/01/2017, 01:38
El recién llegado se movió hasta un punto concreto y se agachó. Cuando se levantó, Ayame se dio cuenta de que había cogido uno de sus shuriken extraviados.
—Pero... ¿Fuiste tu quien gritó hace un momento? —preguntó, y Ayame torció el gesto en respuesta.
—Bueno... sí... —respondió, cabizbaja y sonrojada por la vergüenza—. Es que... me frustro fácilmente... y no estaba consiguiendo acertar ningún tiro... —confesó, incapaz de mirar al desconocido a la cara.
¿Tardaría mucho en reírse de ella?
—¿Por cierto, qué haces por aquí? —le preguntó, señalando con un gesto su bandana. Después de todo, él ya había aprobado el examen y se había convertido en shinobi. ¿Qué le traía por el Torreón de la Academia, que era un lugar para los estudiantes?
—Pero... ¿Fuiste tu quien gritó hace un momento? —preguntó, y Ayame torció el gesto en respuesta.
—Bueno... sí... —respondió, cabizbaja y sonrojada por la vergüenza—. Es que... me frustro fácilmente... y no estaba consiguiendo acertar ningún tiro... —confesó, incapaz de mirar al desconocido a la cara.
¿Tardaría mucho en reírse de ella?
—¿Por cierto, qué haces por aquí? —le preguntó, señalando con un gesto su bandana. Después de todo, él ya había aprobado el examen y se había convertido en shinobi. ¿Qué le traía por el Torreón de la Academia, que era un lugar para los estudiantes?