31/01/2017, 22:39
Mucho o poco convencida de lo que pretendía Mogura, la kunoichi aceptó y procedió de todas formas a lanzar otra shuriken, esta vez desde la distancia que él había marcado. Como era de esperarse, a aquella distancia claramente podía hacer un lanzamiento correcto... pero claro ¿a esa distancia quién no podría?
Era de esperarse...
Pensaba el joven médico mientras hacía un gesto de aprobación con su cabeza al ver el resultado del lanzamiento de Ayame.
Pero lanzar desde aquí no tiene ningún mérito... Estoy demasiado cerca.
Reclamó su inferior en rango, desde luego que razón no le faltaba. No había gracia alguna en tener que estar tan cerca de un objetivo para lanzarle un pedazo de metal afilado, mejor dar un par de pasos mas y clavarle un pedazo de metal un poco más afilado aún en un área más específica.
Desde luego que no es ningún mérito.
Concedió el improvisado tutor de shurikenjutsu. Que mientras iba dejando escapar las palabras de sus labios se acercó hasta el árbol y tomó nuevamente la shuriken.
Pero por lo visto en el anterior lanzamiento, esta es una distancia segura. Desde aquí no vas a fallar.
Agregó mientras estiraba su mano para ofrecerle nuevamente su shuriken. Desde luego que el muchacho de cabello azabache no iba a burlarse, no podría. Por varias razones.
Ahora hay que aumentar la distancia de forma progresiva y reiterar el proceso hasta que en 5, 10 o 25 metros todo resulte tan natural como este lanzamiento que acabas de hacer.
Explicó Mogura finalmente que pretendía de aquello que le pedía hacer a la chica, básicamente invadiendo su entrenamiento sin siquiera preguntar.
Si te parece bien intentarlo de esa manera, da un paso atrás e intenta de nuevo.
Si la chica aceptaba tomar la shuriken y se disponía a hacer su lanzamiento, Mogura se apartaría un par de pasos y observaría el desempeño atentamente.
Era de esperarse...
Pensaba el joven médico mientras hacía un gesto de aprobación con su cabeza al ver el resultado del lanzamiento de Ayame.
Pero lanzar desde aquí no tiene ningún mérito... Estoy demasiado cerca.
Reclamó su inferior en rango, desde luego que razón no le faltaba. No había gracia alguna en tener que estar tan cerca de un objetivo para lanzarle un pedazo de metal afilado, mejor dar un par de pasos mas y clavarle un pedazo de metal un poco más afilado aún en un área más específica.
Desde luego que no es ningún mérito.
Concedió el improvisado tutor de shurikenjutsu. Que mientras iba dejando escapar las palabras de sus labios se acercó hasta el árbol y tomó nuevamente la shuriken.
Pero por lo visto en el anterior lanzamiento, esta es una distancia segura. Desde aquí no vas a fallar.
Agregó mientras estiraba su mano para ofrecerle nuevamente su shuriken. Desde luego que el muchacho de cabello azabache no iba a burlarse, no podría. Por varias razones.
Ahora hay que aumentar la distancia de forma progresiva y reiterar el proceso hasta que en 5, 10 o 25 metros todo resulte tan natural como este lanzamiento que acabas de hacer.
Explicó Mogura finalmente que pretendía de aquello que le pedía hacer a la chica, básicamente invadiendo su entrenamiento sin siquiera preguntar.
Si te parece bien intentarlo de esa manera, da un paso atrás e intenta de nuevo.
Si la chica aceptaba tomar la shuriken y se disponía a hacer su lanzamiento, Mogura se apartaría un par de pasos y observaría el desempeño atentamente.
Hablo - Pienso