5/02/2017, 02:24
(Última modificación: 29/07/2017, 01:37 por Amedama Daruu.)
Daruu dejó escapar el aire de sus pulmones y sonrió con una ternura que hizo que Ayame se estremeciera por dentro.
—Ya. Zetsuo. Me imagino cómo se habrá puesto —dijo él, indulgente.
Ella, incómoda, se limitó a intercambiar el peso de su cuerpo de una pierna a la otra.
—Pero no tienes que desanimarte. Yo creo que puedes —continuó, aunque enseguida su entusiasmo se vio eclipsado—: Quiero decir, no es tan difícil. En serio, si necesitas practicar aquí estoy, además, estooo...
«Son demasiadas cosas las que tengo que practicar... Si tuviera que pedirle ayuda con todas y cada una de ellas...» Pensaba, alicaída. La visión de cada uno de sus suspensos la perseguía constantemente. Aunque no tuviera el papel delante de sus ojos, podía ver cada letra, cada número, en su mente. Con terrorífica nitidez. Era peor que una pesadilla. Era como si la estuviera viviendo.
—Es raro, porque somos vecinos, nuestras familias se conocen de hace mucho tiempo... Bueno, he pensado... Que podríamos ser amigos. Y cuando te gradúes, pues... Compañeros. Hacer alguna misión juntos o algo —dijo Daruu, de repente. Y Ayame contuvo la respiración con una extraña sensación de emoción aleteando en su pecho como una mariposa inquieta. "Amigos". Qué extraña le sonaba aquella palabra... Y qué hermosa al mismo tiempo... Daruu debió interpretar de manera errónea su silencio, porque enseguida añadió—: —Bueno, sólo si quieres. Es que no me junto mucho con nadie, pensé que estaría guay... Supongo.
—S... sí quiero... —Se forzó a responder, aunque para ello tuvo que hacer acopio de todo su valor una vez más. Había comenzado a juguetear con sus manos en un gesto nervioso, pero ella no se daba cuenta de ello. Tenía sus ojos clavados en Daruu, brillantes, llenos de emoción—. Aunque para hacer misiones tendrás que esperarme... Para que me gradúe y eso... —añadió, con tono lastimero.
Aunque inmensamente feliz, al mismo tiempo se sentía de alguna manera algo culpable. Por haber suspendido iba a retrasar su avance como ninja...
—Ya. Zetsuo. Me imagino cómo se habrá puesto —dijo él, indulgente.
Ella, incómoda, se limitó a intercambiar el peso de su cuerpo de una pierna a la otra.
—Pero no tienes que desanimarte. Yo creo que puedes —continuó, aunque enseguida su entusiasmo se vio eclipsado—: Quiero decir, no es tan difícil. En serio, si necesitas practicar aquí estoy, además, estooo...
«Son demasiadas cosas las que tengo que practicar... Si tuviera que pedirle ayuda con todas y cada una de ellas...» Pensaba, alicaída. La visión de cada uno de sus suspensos la perseguía constantemente. Aunque no tuviera el papel delante de sus ojos, podía ver cada letra, cada número, en su mente. Con terrorífica nitidez. Era peor que una pesadilla. Era como si la estuviera viviendo.
—Es raro, porque somos vecinos, nuestras familias se conocen de hace mucho tiempo... Bueno, he pensado... Que podríamos ser amigos. Y cuando te gradúes, pues... Compañeros. Hacer alguna misión juntos o algo —dijo Daruu, de repente. Y Ayame contuvo la respiración con una extraña sensación de emoción aleteando en su pecho como una mariposa inquieta. "Amigos". Qué extraña le sonaba aquella palabra... Y qué hermosa al mismo tiempo... Daruu debió interpretar de manera errónea su silencio, porque enseguida añadió—: —Bueno, sólo si quieres. Es que no me junto mucho con nadie, pensé que estaría guay... Supongo.
—S... sí quiero... —Se forzó a responder, aunque para ello tuvo que hacer acopio de todo su valor una vez más. Había comenzado a juguetear con sus manos en un gesto nervioso, pero ella no se daba cuenta de ello. Tenía sus ojos clavados en Daruu, brillantes, llenos de emoción—. Aunque para hacer misiones tendrás que esperarme... Para que me gradúe y eso... —añadió, con tono lastimero.
Aunque inmensamente feliz, al mismo tiempo se sentía de alguna manera algo culpable. Por haber suspendido iba a retrasar su avance como ninja...