1/03/2017, 16:06
El rostro del Uchiha cambió con mis palabras, pero mis dotes sociales no daban para averiguar al instante qué coño significaba, a eso hay que añadirle el hecho de que yo estaba más pallá que pacá en ese momento. Estaba nervioso, casi rozando la histeria. Estuve a punto de empezar a morderme las uñas, lo cual era un gran error, pues las uñas largas te permiten apuñalar a gente estando desarmado y abrir las latas de conservas en un periquete.
Entonces un sonido la mar de estridente y desagradable salió de la boca de Haskoz, me giré alarmado solo para verle como si se estuviera riendo de algo. ¿Eso había sido una risa? Porque hubiera jurado que el barco acababa de atropellar un delfín de Amegakure y éste se había quedado pegado y sufriendo y ese era un quejido de puro dolor amenio.
—Piensa con esta cabecita tuya antes de decir estupideces, ¿quieres? ¿En qué cojones crees que me ayudaría contarle a Noemi que media Academia suspira por ella? ¿Hmm? Como si no tuviese bastante ego ya...
— Touché.
Estaba pasando, empezaba a pensar en voz alta. Ese día no hacía más que empeorar para mí.
—Hay una rata entre nosotros, Nabi. Un sucio y asqueroso traidor.
— ¿No me digas? ¿De verdad? ¿Noemi no se enteró por el elefante que va anunciandolo? ¡¿Eres imbecil o qué?! ¡Ya he pillado que hay un traidor! Si no eres tú, ¿quien es, Haskoz? ¿QUÍEN?
Las dos primeras preguntas eran claramente sarcasticas. Joder, si Noemi lo sabía era jodidamente obvio que alguien se lo había dicho. Al parecer, el shinobi que tenía enfrente había seguido hablando mientras yo soltaba mi monologo, soltó un monton de palabras con consonantes de las que ni me enteré.
»Te diré quién fue, e incluso por qué lo hizo, si quieres. Pero antes dime: ¿estás conmigo en esto o no?
Pusó sus manos sobre mis hombros, deteniendome de mi paseo enfermizo. Yo coloqué las mias sobre los suyos, para estar a iguales.
— Haskoz, yo estoy con quien he estado siempre, Uzushiogakure. Ahora bien, el argumento de que el ego de Sakamoto es más grande que nuestros propios pensamientos y que Onindo, es un buen argumento. ¡Pero no es suficiente! ¿Qué pruebas tienes? ¡¿Quien es, Haskoz?! Si no me lo dices consideraré que eres tú. Un traidor a nuestra patría. ¡A nuestra santa villa!
¿Qué tienes, Uchiha? Dame información y despues negociaremos.
No estaba tan loco como para matar a nadie por traicionar una promesa de colegiales. Sin embargo, tendría que asegurarme de que ese mentecato no vuelve a tomarse el nombre de Uzushiogakure en vano.
Entonces un sonido la mar de estridente y desagradable salió de la boca de Haskoz, me giré alarmado solo para verle como si se estuviera riendo de algo. ¿Eso había sido una risa? Porque hubiera jurado que el barco acababa de atropellar un delfín de Amegakure y éste se había quedado pegado y sufriendo y ese era un quejido de puro dolor amenio.
—Piensa con esta cabecita tuya antes de decir estupideces, ¿quieres? ¿En qué cojones crees que me ayudaría contarle a Noemi que media Academia suspira por ella? ¿Hmm? Como si no tuviese bastante ego ya...
— Touché.
Estaba pasando, empezaba a pensar en voz alta. Ese día no hacía más que empeorar para mí.
—Hay una rata entre nosotros, Nabi. Un sucio y asqueroso traidor.
— ¿No me digas? ¿De verdad? ¿Noemi no se enteró por el elefante que va anunciandolo? ¡¿Eres imbecil o qué?! ¡Ya he pillado que hay un traidor! Si no eres tú, ¿quien es, Haskoz? ¿QUÍEN?
Las dos primeras preguntas eran claramente sarcasticas. Joder, si Noemi lo sabía era jodidamente obvio que alguien se lo había dicho. Al parecer, el shinobi que tenía enfrente había seguido hablando mientras yo soltaba mi monologo, soltó un monton de palabras con consonantes de las que ni me enteré.
»Te diré quién fue, e incluso por qué lo hizo, si quieres. Pero antes dime: ¿estás conmigo en esto o no?
Pusó sus manos sobre mis hombros, deteniendome de mi paseo enfermizo. Yo coloqué las mias sobre los suyos, para estar a iguales.
— Haskoz, yo estoy con quien he estado siempre, Uzushiogakure. Ahora bien, el argumento de que el ego de Sakamoto es más grande que nuestros propios pensamientos y que Onindo, es un buen argumento. ¡Pero no es suficiente! ¿Qué pruebas tienes? ¡¿Quien es, Haskoz?! Si no me lo dices consideraré que eres tú. Un traidor a nuestra patría. ¡A nuestra santa villa!
¿Qué tienes, Uchiha? Dame información y despues negociaremos.
No estaba tan loco como para matar a nadie por traicionar una promesa de colegiales. Sin embargo, tendría que asegurarme de que ese mentecato no vuelve a tomarse el nombre de Uzushiogakure en vano.
—Nabi—