17/03/2017, 14:38
—¿Te sientes preparada para el desafió, Aotsuki-san? —dijo Mogura, y la pregunta fue certera como una saeta directa al corazón.
Ayame hundió ligeramente los hombros.
—Bueno... aún no... por eso estoy practicando... —confesó, con un hilo de voz.
—Bueno... Tan solo eran unos cuantos lanzamientos a diana, un poco de taijutsu, y mostrar una técnica a elección, ¿no? ¿En qué partes crees que necesitas mejorar? —intervino Aiko, con un nuevo mazazo. Ayame hundió aún más los hombros y agachó la cabeza con la mirada sombría—. La verdad es que hace bastante tiempo que hice el examen... ya casi ni recuerdo de qué partes consta... —añadió, con una carcajada.
Pero Ayame, lejos de reír, se estaba mordiendo el labio inferior, intentando con todas sus fuerzas no echarse a llorar.
—Bueno... el taijutsu me fue más o menos bien... —En realidad había aprobado por los pelos—. Sobre lo que necesito mejorar... —Ayame tragó saliva, tratando de deshacer el punzante nudo que se le había formado en el pecho—. El lanzamiento de shuriken o el manejo del kunai... el Ninjutsu... la escalada vertical... caminar sobre el agua... —recitó, pero a cada elemento que nombraba bajaba más y más la voz hasta que se hizo casi incomprensible. Sin embargo, enseguida alzó de nuevo la mirada. En sus ojos brillaba una auténtica desesperación—. P... ¡Pero tengo que conseguirlo! ¡Hice una promesa!
Su padre, su hermano mayor, Kiroe, Daruu... ¿Cómo sería capaz de mirarlos a la cara si volvía a suspender el examen? Más le valdría que se la tragara la tierra que volver a casa con un nuevo fracaso entre sus manos. Y Daruu la estaba esperando para hacer alguna misión juntos. ¡Tenía que aprobar como fuera!
—Pero bueno... dejemos de hablar sobre mí —Aquello sonó casi como una súplica, pero Ayame se esforzó por esbozar una sonrisa.
Ayame hundió ligeramente los hombros.
—Bueno... aún no... por eso estoy practicando... —confesó, con un hilo de voz.
—Bueno... Tan solo eran unos cuantos lanzamientos a diana, un poco de taijutsu, y mostrar una técnica a elección, ¿no? ¿En qué partes crees que necesitas mejorar? —intervino Aiko, con un nuevo mazazo. Ayame hundió aún más los hombros y agachó la cabeza con la mirada sombría—. La verdad es que hace bastante tiempo que hice el examen... ya casi ni recuerdo de qué partes consta... —añadió, con una carcajada.
Pero Ayame, lejos de reír, se estaba mordiendo el labio inferior, intentando con todas sus fuerzas no echarse a llorar.
—Bueno... el taijutsu me fue más o menos bien... —En realidad había aprobado por los pelos—. Sobre lo que necesito mejorar... —Ayame tragó saliva, tratando de deshacer el punzante nudo que se le había formado en el pecho—. El lanzamiento de shuriken o el manejo del kunai... el Ninjutsu... la escalada vertical... caminar sobre el agua... —recitó, pero a cada elemento que nombraba bajaba más y más la voz hasta que se hizo casi incomprensible. Sin embargo, enseguida alzó de nuevo la mirada. En sus ojos brillaba una auténtica desesperación—. P... ¡Pero tengo que conseguirlo! ¡Hice una promesa!
Su padre, su hermano mayor, Kiroe, Daruu... ¿Cómo sería capaz de mirarlos a la cara si volvía a suspender el examen? Más le valdría que se la tragara la tierra que volver a casa con un nuevo fracaso entre sus manos. Y Daruu la estaba esperando para hacer alguna misión juntos. ¡Tenía que aprobar como fuera!
—Pero bueno... dejemos de hablar sobre mí —Aquello sonó casi como una súplica, pero Ayame se esforzó por esbozar una sonrisa.