16/06/2015, 00:48
(Última modificación: 16/06/2015, 00:48 por Sasagani Yota.)
El mellizo también retrocedió con tal de dar una momentanea tregua a la contienda. Al menos pudimos recuperar un poco el aliento, preparandonos para el siguiente asalto, el cual tendría más ingredientes y un nivel de complejidad superior. Había llegado el momento de enseñarle al sensei que mereciamos con creces aquellas bandanas.
-Ajá, así que crees que te atacaré por la retaguardia ¿Eh?- musité -¡Entonces no tiene gracia! Ajora me apetece comprobar si realmente te has entrenado a conciencia para esto-
Me erguí por compelto, ejercitando los dedos de mis manos, abriendolos y cerrandolos, mostrando mis puños durante unos breves pero a la vez eternos instantes. De pronto la tensión volvió a instaurarse en aquel dojo bajo la atenta mirada del examinador y la corte de Seiyo. La respiración y los altidos de mis entrañas volvieron a acelerarse, eso sí, sin quitarle la vista de encima a mi hermano. No quería sorpresas.
-Bueno... ¿Mereces esa bandana, Kotita?-
No esperé una respuesta a aquella pregunta, preferia que fuesen sus actos los que respondiesen. Así que junté mis manos y estas automaticamente empezaron a formar distintas figuras, una detrás de otra hasta que completé la secuencia de sellos de mano para ejecutar el Gokakyo no Jutsu, técnica emblema de todo buen katonero que se aprecie, más aun para cualquier Uchiha de buen ver. De mi boca surgió un imponente chorro de fuego, como si de mis entrañas emanase el mismisimo infierno. Las llamas aceleraron su paso y buscaban aumentar la temperatura de la piel del muchacho de cabellos blanquecinos.
*Si realmente entrenaste duro serás capaz de c0ombatir mi Gokakyo..*
Deseaba que así fuese y tratase de contrarestarlo con su propio Gokakyo. Era el momento de demostrar nuestras habilidades y nuestro potencial con el ninjutsu.
-Ajá, así que crees que te atacaré por la retaguardia ¿Eh?- musité -¡Entonces no tiene gracia! Ajora me apetece comprobar si realmente te has entrenado a conciencia para esto-
Me erguí por compelto, ejercitando los dedos de mis manos, abriendolos y cerrandolos, mostrando mis puños durante unos breves pero a la vez eternos instantes. De pronto la tensión volvió a instaurarse en aquel dojo bajo la atenta mirada del examinador y la corte de Seiyo. La respiración y los altidos de mis entrañas volvieron a acelerarse, eso sí, sin quitarle la vista de encima a mi hermano. No quería sorpresas.
-Bueno... ¿Mereces esa bandana, Kotita?-
No esperé una respuesta a aquella pregunta, preferia que fuesen sus actos los que respondiesen. Así que junté mis manos y estas automaticamente empezaron a formar distintas figuras, una detrás de otra hasta que completé la secuencia de sellos de mano para ejecutar el Gokakyo no Jutsu, técnica emblema de todo buen katonero que se aprecie, más aun para cualquier Uchiha de buen ver. De mi boca surgió un imponente chorro de fuego, como si de mis entrañas emanase el mismisimo infierno. Las llamas aceleraron su paso y buscaban aumentar la temperatura de la piel del muchacho de cabellos blanquecinos.
*Si realmente entrenaste duro serás capaz de c0ombatir mi Gokakyo..*
Deseaba que así fuese y tratase de contrarestarlo con su propio Gokakyo. Era el momento de demostrar nuestras habilidades y nuestro potencial con el ninjutsu.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa