16/04/2017, 02:53
Pese al descontento general que llenaba la estancia, se podría llegar a decir que el resultado de la velada fue satisfactorio: En el último instante, cuando toda esperanza parecía perdida, llego la buena noticia de que Nishijima les recibiría al día siguiente. Algo bueno, que curiosamente pareció causar cierta incomodad en quienes laboraban en aquel establecimiento.
“La propietaria no parece estar muy satisfecha con aquella noticia, incluso me atrevería a decir que se ve un tanto preocupada.” Aquello le parecía raro, pues esperaba que la anciana mostrase cierta alegría al enterarse de que ya no tendría que tratar con ellos.
Kōtetsu ya daba la velada por concluida, pues aunque le hubiese gustado quedarse un rato a conversar, el sueño comenzaba a ganarle terreno. No sabía que podía deparar el día siguiente, pero creía que la mejor manera de encarar lo desconocido era estando descansado.
—Ha sido una buena velada, pero es momento de que me vaya a dormir —expreso mientras se levantaba y dejaba escapar un profundo bostezo—. Hasta mañana y buena noches.
Sin decir nada mas, abandono la sala sintiéndose un tanto más pesado que cuando había entrado. Mientras caminaba por el pasillo de regreso a su habitación le asaltaron los típicos pensamientos súbitos que se manifiestan en los chicos de su edad.
“Vamos… Una linda rubia de grandes pechos… Me parece muy familiar, pero no se en donde podría haberla visto antes, en una revista para adultos quizá…”
Quizás fuera que, debido a la gran cantidad de alimentos ingeridos, su estomago estaba empleando toda la energía de su cuerpo en hacer digestión, porque no sentía la energía suficiente como para estrujar su cerebro en la búsqueda de un vago recuerdo.
“No tiene importancia, estoy seguro de que ya tendré tiempo de detallarla y de descifrar quien es —entro a su habitación y sin decir nada se quito la ropa y se arrojo al abrazo de las mantas—. Si, mañana podre conocerles un poco más… A ella y al chico de aspecto acuático.”
“La propietaria no parece estar muy satisfecha con aquella noticia, incluso me atrevería a decir que se ve un tanto preocupada.” Aquello le parecía raro, pues esperaba que la anciana mostrase cierta alegría al enterarse de que ya no tendría que tratar con ellos.
Kōtetsu ya daba la velada por concluida, pues aunque le hubiese gustado quedarse un rato a conversar, el sueño comenzaba a ganarle terreno. No sabía que podía deparar el día siguiente, pero creía que la mejor manera de encarar lo desconocido era estando descansado.
—Ha sido una buena velada, pero es momento de que me vaya a dormir —expreso mientras se levantaba y dejaba escapar un profundo bostezo—. Hasta mañana y buena noches.
Sin decir nada mas, abandono la sala sintiéndose un tanto más pesado que cuando había entrado. Mientras caminaba por el pasillo de regreso a su habitación le asaltaron los típicos pensamientos súbitos que se manifiestan en los chicos de su edad.
“Vamos… Una linda rubia de grandes pechos… Me parece muy familiar, pero no se en donde podría haberla visto antes, en una revista para adultos quizá…”
Quizás fuera que, debido a la gran cantidad de alimentos ingeridos, su estomago estaba empleando toda la energía de su cuerpo en hacer digestión, porque no sentía la energía suficiente como para estrujar su cerebro en la búsqueda de un vago recuerdo.
“No tiene importancia, estoy seguro de que ya tendré tiempo de detallarla y de descifrar quien es —entro a su habitación y sin decir nada se quito la ropa y se arrojo al abrazo de las mantas—. Si, mañana podre conocerles un poco más… A ella y al chico de aspecto acuático.”