19/04/2017, 17:47
Akame se frotó los ojos, todavía adormilado. Apenas estaba amaneciendo en la Villa Oculta del Remolino, y el Sol de Verano empezaba ya a despuntar en el horizonte, tiñendo el cielo de rojos y naranjas. Frente a él se alzaban, orgullosas, las imponentes puertas de la Aldea, custodiadas por los diligentes shinobi de la Uzukage. Ninjas bien entrenados a los que podrían quitarse de encima sin mucho problema gracias al salvoconducto que Shiona en persona les había extendido. Era un pergamino pequeño y simple, pero contenía la suficiente autoridad sobre su áspera superficie como para poder viajar a casi cualquier parte de Oonindo sin ser molestado.
Así que allí estaba él, camiseta y pantalones cortos para mitigar el calor de la estación, bandana de Uzushio ceñida en la frente y mochila militar a la espalda. Llevaba poco equipaje; unas prendas de ropa —lo imprescindible—, una manta, algunos utensilios de cocina y raciones para tres días. No sabía cuánto duraría aquel viaje con destino incierto, pero esperaba de todo corazón que no tuviesen que pasar más de dos noches a la intemperie.
«Esto es una maldita locura... ¿Cómo se supone que vamos a encontrar a alguien en Arashi no Kuni? ¡Es el país más grande de Oonindo! Y eso suponiendo que Amedama Daruu no haya vuelto ya a su Aldea...»
Akame suspiró, abatido. Aquel iba a ser un largo viaje.
Así que allí estaba él, camiseta y pantalones cortos para mitigar el calor de la estación, bandana de Uzushio ceñida en la frente y mochila militar a la espalda. Llevaba poco equipaje; unas prendas de ropa —lo imprescindible—, una manta, algunos utensilios de cocina y raciones para tres días. No sabía cuánto duraría aquel viaje con destino incierto, pero esperaba de todo corazón que no tuviesen que pasar más de dos noches a la intemperie.
«Esto es una maldita locura... ¿Cómo se supone que vamos a encontrar a alguien en Arashi no Kuni? ¡Es el país más grande de Oonindo! Y eso suponiendo que Amedama Daruu no haya vuelto ya a su Aldea...»
Akame suspiró, abatido. Aquel iba a ser un largo viaje.