19/04/2017, 19:39
Akame le devolvió a Noemi la sonrisa velada que ella le había dedicado. La rabieta del Uchiha parecía haber surtido efecto, y él no iba a negar que eso le había complacido.
—Estoy de acuerdo, Noemi-san —respondió el aludido, alzando su taza de té en dirección a ella con gesto cortés.
La sobremesa se sucedió tan calmadamente como podía esperarse. Tras la repentina revelación, los presentes parecían mucho más satisfechos con todo —a excepción de Kaido, que había parecido contento con el banquete desde el primer momento—.
Cuando la kunoichi de su Aldea le preguntó por Kotetsu, Akame se aclaró la garganta para contestar; pero antes de que pudiera hacerlo, éste se puso en pie y anunció que se iba a dormir. Akame le despidió con una leve inclinación de cabeza y luego se giró hacia Noemi.
—En efecto —asintió con tranquilidad—. Hemos hecho algunas misiones juntos, nosotros dos y también con Haskoz-kun —el Uchiha no pudo evitar sentir cierto rubor al nombrar a su compañero sabiendo la relación que había entre él y Noemi—. Es un buen chico. Tranquilo, inteligente y disciplinado. Un buen ninja.
No había mentira en las palabras de Akame. Kotetsu le parecía un buen compañero, y le caía bien por aquella forma tan calmada que tenía de afrontar los problemas. Bebió otro sorbo de té mientras el chico-pez se despedía a su manera.
—Qué tipo tan curioso —dijo el Uchiha, bebiendo de su taza—. ¿Alguna vez conociste a un shinobi de Amegakure? Yo sí, y te aseguro que no se parecía en nada a este...
—Estoy de acuerdo, Noemi-san —respondió el aludido, alzando su taza de té en dirección a ella con gesto cortés.
La sobremesa se sucedió tan calmadamente como podía esperarse. Tras la repentina revelación, los presentes parecían mucho más satisfechos con todo —a excepción de Kaido, que había parecido contento con el banquete desde el primer momento—.
Cuando la kunoichi de su Aldea le preguntó por Kotetsu, Akame se aclaró la garganta para contestar; pero antes de que pudiera hacerlo, éste se puso en pie y anunció que se iba a dormir. Akame le despidió con una leve inclinación de cabeza y luego se giró hacia Noemi.
—En efecto —asintió con tranquilidad—. Hemos hecho algunas misiones juntos, nosotros dos y también con Haskoz-kun —el Uchiha no pudo evitar sentir cierto rubor al nombrar a su compañero sabiendo la relación que había entre él y Noemi—. Es un buen chico. Tranquilo, inteligente y disciplinado. Un buen ninja.
No había mentira en las palabras de Akame. Kotetsu le parecía un buen compañero, y le caía bien por aquella forma tan calmada que tenía de afrontar los problemas. Bebió otro sorbo de té mientras el chico-pez se despedía a su manera.
—Qué tipo tan curioso —dijo el Uchiha, bebiendo de su taza—. ¿Alguna vez conociste a un shinobi de Amegakure? Yo sí, y te aseguro que no se parecía en nada a este...