19/04/2017, 20:56
—Estoy de acuerdo, el Valle del Fin parece el lugar de paso obligado para llegar rápidamente al País de la Tormenta. Quizás, si nos damos prisa, podamos llegar hasta allí antes que él.
«Si nos damos prisa...»
Si fuese ella la que estuviese huyendo, seguramente no hubiera parado hasta llegar a sitios con mucha gente o bien hasta su hogar, pero la villa de la que provenía Amedama Daruu estaba lejos, muy lejos de Ushi y eso les daba una oportunidad, y había que aprovecharla.
—¿Al Valle del Fin, entonces? —preguntó el Uchiha, y Eri asintió. — Es un lugar cargado de historias, idóneo para este encuentro, sin duda...
Ahí tenía que darle la razón.
—Pero me temo que si queremos llegar antes que él, tendremos que darnos la caminata de nuestras vidas. Estamos considerablemente más lejos.
— Claro, lo mejor es que nos demos prisa en llegar y una vez allí si logramos encontrarle perfecto, si no, al menos, estamos cerca del País de la Lluvia. — Contestó con optimismo. — Si no estás muy cansado, podríamos ejercitarnos un poco corriendo un rato, así matamos dos pájaros de un tiro... — Sugirió mirando a su compañero, esperando una respuesta afirmativa.
Al fin y al cabo, estaba impaciente, aunque no sabía por qué del todo.
«Si nos damos prisa...»
Si fuese ella la que estuviese huyendo, seguramente no hubiera parado hasta llegar a sitios con mucha gente o bien hasta su hogar, pero la villa de la que provenía Amedama Daruu estaba lejos, muy lejos de Ushi y eso les daba una oportunidad, y había que aprovecharla.
—¿Al Valle del Fin, entonces? —preguntó el Uchiha, y Eri asintió. — Es un lugar cargado de historias, idóneo para este encuentro, sin duda...
Ahí tenía que darle la razón.
—Pero me temo que si queremos llegar antes que él, tendremos que darnos la caminata de nuestras vidas. Estamos considerablemente más lejos.
— Claro, lo mejor es que nos demos prisa en llegar y una vez allí si logramos encontrarle perfecto, si no, al menos, estamos cerca del País de la Lluvia. — Contestó con optimismo. — Si no estás muy cansado, podríamos ejercitarnos un poco corriendo un rato, así matamos dos pájaros de un tiro... — Sugirió mirando a su compañero, esperando una respuesta afirmativa.
Al fin y al cabo, estaba impaciente, aunque no sabía por qué del todo.