19/04/2017, 21:17
Akame asintió, convencido, cuando Eri confirmó el plan. Debían llegar al Valle del Fin antes que Daruu, contando con que no sabían realmente dónde estaba. Ni si había ido hacia allí. Pero era la hipótesis más probable y, en el oficio del ninja, a veces había que conformarse con eso.
—¡Perfecto! —exclamó el Uchiha—. Nada como un poco de ejercicio bien temprano para despertarse.
Dicho aquello, Akame se ciñó bien la mochila a la espalda —pesaba lo suyo—, apretó el cierre de sus sandalias ninja, se ajustó el cinturón y empezó a correr un poco, al trote, para ir calentando. Algunos metros después subiría el ritmo, notando como sus piernas ya empezaban a funcionar con más eficacia, y...
A los diez minutos ya estaba parado a un lado del camino, resollando como un fuelle viejo, y deseando quitarse la mochila de encima. Quizás yendo descargado hubiese aguantado algo más, pero con todo el equipaje a las espaldas, correr se le hacía un suplicio.
—Cof, cof... Eri-san... Cof... Me temo que... —masculló entre toses—. No voy a aguantar mucho más a este ritmo... —admitió, ligeramente avergonzado—. Quizás he cargado demasiado la mochila.
Por más vergüenza que sintiera al diñarla de aquella manera frente a Eri, el Uchiha tenía claro que si intentaba aquella carrera suicida lo más probable era que acabase tirado en una zanja.
—Creo que será mejor optar por minimizar los descansos...
—¡Perfecto! —exclamó el Uchiha—. Nada como un poco de ejercicio bien temprano para despertarse.
Dicho aquello, Akame se ciñó bien la mochila a la espalda —pesaba lo suyo—, apretó el cierre de sus sandalias ninja, se ajustó el cinturón y empezó a correr un poco, al trote, para ir calentando. Algunos metros después subiría el ritmo, notando como sus piernas ya empezaban a funcionar con más eficacia, y...
A los diez minutos ya estaba parado a un lado del camino, resollando como un fuelle viejo, y deseando quitarse la mochila de encima. Quizás yendo descargado hubiese aguantado algo más, pero con todo el equipaje a las espaldas, correr se le hacía un suplicio.
—Cof, cof... Eri-san... Cof... Me temo que... —masculló entre toses—. No voy a aguantar mucho más a este ritmo... —admitió, ligeramente avergonzado—. Quizás he cargado demasiado la mochila.
Por más vergüenza que sintiera al diñarla de aquella manera frente a Eri, el Uchiha tenía claro que si intentaba aquella carrera suicida lo más probable era que acabase tirado en una zanja.
—Creo que será mejor optar por minimizar los descansos...