21/04/2017, 12:57
Nada más salir del edificio de la Uzukage, Eri sintió un gran alivio al saber que tenía parte de la tarde y prácticamente toda la noche para estudiar todos los mapas que encontrase y conocer así el País de la Lluvia. Sabía dónde estaba situado y algunas zonas que poblaban dicho país, pero nunca había estado en ninguna, por desgracia; además de que desconocía la mitad, así que sin esperar ni un segundo más, tomó aire y se encaminó hacia su casa con suerte de que en alguna parte de su colección hubiese partes detalladas de aquello que buscaba conocer.
«El Valle del Fin lo conecta... Además, creo que es el más grande de todos los países... Aunque de esto no estoy muy segura...» Una de sus manos acabó rascando su nuca, confusa. «No importa, cuando consiga mirar algún mapa lo sabré, no hay por qué ponerme nerviosa ahora...»
La calle por la que paseaba dirección a su casa, sin embargo, no iba a ser fácil de atravesar: a los lados habían pequeños puestos de comida casera y juegos en algunas de las casetas. Eri frunció el ceño al ver que sería difícil llegar a su casa por allí, y dudaba de que hubiese una celebración por esas fechas en su propia villa, pero una de las voces que resonaban a lo largo de la calle respondió a sus dudas:
— ¡Con este pequeño festival de inicio de verano me voy a pegar un festín!
«Con que... Celebrar el inicio del verano...»
Suspiró y decidió pegar una ojeada, curiosa por lo que pudiese encontrar. Incluso veía la oportunidad de tomar algo de cena antes de llegar a casa y una vez allí solo tendría que ducharse y ponerse a estudiar. Además, un tiempo de calma no le vendría nada mal antes de una misión... ¿No? Solo para relajarse.
Sí, solo por eso.
«El Valle del Fin lo conecta... Además, creo que es el más grande de todos los países... Aunque de esto no estoy muy segura...» Una de sus manos acabó rascando su nuca, confusa. «No importa, cuando consiga mirar algún mapa lo sabré, no hay por qué ponerme nerviosa ahora...»
La calle por la que paseaba dirección a su casa, sin embargo, no iba a ser fácil de atravesar: a los lados habían pequeños puestos de comida casera y juegos en algunas de las casetas. Eri frunció el ceño al ver que sería difícil llegar a su casa por allí, y dudaba de que hubiese una celebración por esas fechas en su propia villa, pero una de las voces que resonaban a lo largo de la calle respondió a sus dudas:
— ¡Con este pequeño festival de inicio de verano me voy a pegar un festín!
«Con que... Celebrar el inicio del verano...»
Suspiró y decidió pegar una ojeada, curiosa por lo que pudiese encontrar. Incluso veía la oportunidad de tomar algo de cena antes de llegar a casa y una vez allí solo tendría que ducharse y ponerse a estudiar. Además, un tiempo de calma no le vendría nada mal antes de una misión... ¿No? Solo para relajarse.
Sí, solo por eso.