21/04/2017, 16:08
Akame escuchó atentamente el relato de su compañera mientras caminaban por el sendero, alejándose de Uzushiogakure hasta que no fue más que un punto indistinguible en el horizonte. No perdió la sonrisa en ningún momento, a pesar de que la actitud de Eri pudiese ser reprobable según las normas del buen ninja, porque se sentía tan identificado con aquella historia que se lamentaba de no haberla vivido él mismo. ¡La antigua Villa Oculta de la Hoja, ni más ni menos! ¿Quién no podría perder el juicio al contemplar historia viva? O muerta, mejor dicho.
—Vaya, así que al final todo fue pura casualidad... —dijo el Uchiha, pensativo—. ¿Sabes? No puedo dejar de pensar en lo que lamento que todo ese asunto de la Hoja no fuese más que una farsa... ¿Te imaginas? ¡Conocer a un shinobi de Konoha! ¡Con vida! —su voz había cambiado, teñida de emoción y fantasía—. Habría tantas cosas que querría preguntarle... ¿Sabías que antiguamente, en ese mismo Bosque, se alzaba una gran montaña donde esculpían los rostros de los Hokages? Ya no se hacen maravillas así...
»Me pregunto qué pensarían los antiguos ninjas de nosotros. Quiero decir... Ellos erigieron Aldeas enormes y libraron guerras que sacudieron los mismos cimientos de Oonindo. Había clanes tan poderosos que eran temidos en todo el mundo, y de cuyas filas salieron shinobis legendarios... —suspiró—. Es como si toda esa magia se hubiera acabado. Ahora tan sólo tenemos... Bueno, esto.
—Vaya, así que al final todo fue pura casualidad... —dijo el Uchiha, pensativo—. ¿Sabes? No puedo dejar de pensar en lo que lamento que todo ese asunto de la Hoja no fuese más que una farsa... ¿Te imaginas? ¡Conocer a un shinobi de Konoha! ¡Con vida! —su voz había cambiado, teñida de emoción y fantasía—. Habría tantas cosas que querría preguntarle... ¿Sabías que antiguamente, en ese mismo Bosque, se alzaba una gran montaña donde esculpían los rostros de los Hokages? Ya no se hacen maravillas así...
»Me pregunto qué pensarían los antiguos ninjas de nosotros. Quiero decir... Ellos erigieron Aldeas enormes y libraron guerras que sacudieron los mismos cimientos de Oonindo. Había clanes tan poderosos que eran temidos en todo el mundo, y de cuyas filas salieron shinobis legendarios... —suspiró—. Es como si toda esa magia se hubiera acabado. Ahora tan sólo tenemos... Bueno, esto.