21/04/2017, 21:38
Con suerte, Akame no la mandó a freír espárragos con su atrevimiento, es más; le dio la razón a medias con el asunto de su apellido. Ella conocía su apellido pues en su villa habían bastantes Uchiha de su edad: Uchiha Haskoz, digno espécimen; Uchiha Ralexion del que desconocía bastante, la verdad; y él mismo, que parecía el más tranquilo.
Akame prosiguió y ella se limitó a escuchar con atención. Lo que ocurría entonces es que el moreno quería conocer sus raíces, y en eso no podía decirle nada malo. ¿Quién no quiere conocer lo que le ocurrió a sus antepasados?
«Por eso estaba en Ushi aquel día...»
— Espero que logres recuperarla. — Respondió una vez Akame terminó. — Dudo mucho que encuentre algo que no hayas leído sobre tu apellido, pero si lo encuentro no dudaré en hacértelo llegar.
Su pequeña promesa era sincera, ya que lo que más le gustaba a la kunoichi, sin duda; era ayudar a los demás. Luego recordó, de nuevo, como había malinterpretado al joven solo por su apellido, así que, sin que él conociese el por qué, allí, en medio del camino que tenían que recorrer y de la misión que estaban por comenzar, decidió contarle a Akame lo que llevaba pensado mucho tiempo.
Y lo equivocada que estaba por ello.
— Akame-san, debo pedirte disculpas. — mordió su labio inferior antes de seguir, pensando una buena explicación. — El apellido Uchiha siempre me ha causado respeto y admiración, algo por encima de mis habilidades, y por ello te juzgué, porque pensaba que estabas muy por encima de mí en todos los aspectos, que eras... —suspiró.—Inalcanzable, y por eso nunca he hablado contigo, te he llegado a evitar por... Miedo.
Corrió a ponerse delante de él y dejó caer parte de su cuerpo hacia delante, ocultando su rostro con sus cabellos.
— ¡Pero estaba muy equivocada! —exclamó.—Eres... Un gran y sabio compañero del que podría haber aprendido mucho más sin embargo nunca logré hacerlo, por eso... ¡Perdóname Akame-san!
Su corazón latía muy rápido, y sus ojos permanecían lo más cerrados posible. Sabía que estaba mal expresar sus sentimientos y más en medio de una misión, pero sentía, oh, sentía que si no lo soltaba no lograría pasar tanto tiempo junto a Akame sintiéndose mal consigo misma por haberle juzgado.
Solo esperaba que el Uchiha no se lo tomase de una forma mala... O al menos que no acabase enfadado con ella.
Akame prosiguió y ella se limitó a escuchar con atención. Lo que ocurría entonces es que el moreno quería conocer sus raíces, y en eso no podía decirle nada malo. ¿Quién no quiere conocer lo que le ocurrió a sus antepasados?
«Por eso estaba en Ushi aquel día...»
— Espero que logres recuperarla. — Respondió una vez Akame terminó. — Dudo mucho que encuentre algo que no hayas leído sobre tu apellido, pero si lo encuentro no dudaré en hacértelo llegar.
Su pequeña promesa era sincera, ya que lo que más le gustaba a la kunoichi, sin duda; era ayudar a los demás. Luego recordó, de nuevo, como había malinterpretado al joven solo por su apellido, así que, sin que él conociese el por qué, allí, en medio del camino que tenían que recorrer y de la misión que estaban por comenzar, decidió contarle a Akame lo que llevaba pensado mucho tiempo.
Y lo equivocada que estaba por ello.
— Akame-san, debo pedirte disculpas. — mordió su labio inferior antes de seguir, pensando una buena explicación. — El apellido Uchiha siempre me ha causado respeto y admiración, algo por encima de mis habilidades, y por ello te juzgué, porque pensaba que estabas muy por encima de mí en todos los aspectos, que eras... —suspiró.—Inalcanzable, y por eso nunca he hablado contigo, te he llegado a evitar por... Miedo.
Corrió a ponerse delante de él y dejó caer parte de su cuerpo hacia delante, ocultando su rostro con sus cabellos.
— ¡Pero estaba muy equivocada! —exclamó.—Eres... Un gran y sabio compañero del que podría haber aprendido mucho más sin embargo nunca logré hacerlo, por eso... ¡Perdóname Akame-san!
Su corazón latía muy rápido, y sus ojos permanecían lo más cerrados posible. Sabía que estaba mal expresar sus sentimientos y más en medio de una misión, pero sentía, oh, sentía que si no lo soltaba no lograría pasar tanto tiempo junto a Akame sintiéndose mal consigo misma por haberle juzgado.
Solo esperaba que el Uchiha no se lo tomase de una forma mala... O al menos que no acabase enfadado con ella.