22/04/2017, 11:23
Al escuchar la voz de Akame, Eri levantó un poco la mirada para poder mirarle el rostro. No parecía enfadado por lo que acababa de descubrir, es más; la reconfortó con halagos sobre lo excelente kunoichi que él la encontraba. Levantó su rostro y dejó que su sonrisa se ensanchase.
— Es bastante agradable escuchar eso, Akame-san. — Respondió la de cabellos púrpura después de que él terminase de hablar. — Muchas gracias.
Sentía como de su interior salía un gran peso que había llevado con ella demasiados años, dejándola en paz, con un sentimiento de ligereza y tranquilidad como nunca antes había sentido. Ambos habían dicho lo que tenían que decir, y esperaba que después de aquello no tuviesen ningún problema en continuar su misión juntos.
—Vamos, no deberíamos detenernos.
— Claro. — Respondió ella volviendo a colocarse al lado del Uchiha, con los ojos bien abiertos y una débil sonrisa acompañándolos.
Llevó una de sus manos a la espalda, rebuscando en uno de los bolsillos de tela de su mochila en busca de algo que había guardado allí la noche anterior para que al querer hacer uso del objeto pudiese acceder de forma sencilla a él. Tras unos segundos de búsqueda, del bolsillo extrajo un papel arrugado y doblado varias veces. La joven lo desdobló con ambas manos y se lo acercó a Akame.
Era un mapa.
— Estuve pensando anoche sobre el recorrido que podríamos tomar, y como hay un buen trecho entre Uzushiogakure y el Valle del Fin, lo que podríamos hacer de momento es viajar hasta Los Herreros y realizar un breve descanso allí mismo para reponer fuerzas. — Habló mientras señalaba el lugar. — ¿Te parecería bien?
— Es bastante agradable escuchar eso, Akame-san. — Respondió la de cabellos púrpura después de que él terminase de hablar. — Muchas gracias.
Sentía como de su interior salía un gran peso que había llevado con ella demasiados años, dejándola en paz, con un sentimiento de ligereza y tranquilidad como nunca antes había sentido. Ambos habían dicho lo que tenían que decir, y esperaba que después de aquello no tuviesen ningún problema en continuar su misión juntos.
—Vamos, no deberíamos detenernos.
— Claro. — Respondió ella volviendo a colocarse al lado del Uchiha, con los ojos bien abiertos y una débil sonrisa acompañándolos.
Llevó una de sus manos a la espalda, rebuscando en uno de los bolsillos de tela de su mochila en busca de algo que había guardado allí la noche anterior para que al querer hacer uso del objeto pudiese acceder de forma sencilla a él. Tras unos segundos de búsqueda, del bolsillo extrajo un papel arrugado y doblado varias veces. La joven lo desdobló con ambas manos y se lo acercó a Akame.
Era un mapa.
— Estuve pensando anoche sobre el recorrido que podríamos tomar, y como hay un buen trecho entre Uzushiogakure y el Valle del Fin, lo que podríamos hacer de momento es viajar hasta Los Herreros y realizar un breve descanso allí mismo para reponer fuerzas. — Habló mientras señalaba el lugar. — ¿Te parecería bien?