22/04/2017, 12:07
El Uchiha le devolvió a Eri la sonrisa, y esta vez era claramente sincera. Sentía que acababa de producirse un verdadero evento de camaradería y confianza ninja; el primer requisito para tener una trayectoria exitosa y —sobretodo— duradera en aquella profesión.
Siguieron caminando mientras la kunoichi trataba de agarrar algo de uno de los bolsillos de su mochila. Cuando Akame vio de qué se trataba, sus ojos volaron fugaces hacia el mapa. Efectivamente, Eri parecía una ninja preparada; el Uchiha conocía a más de una y más de dos personas en Uzu que no habrían reparado en el detalle de llevar un mapa. Así pues, la ruta que la kunoichi le proponía parecía adecuada.
—Excelente idea, Eri-san. Creo que allí encontraremos lo necesario para descansar en condiciones y, sinceramente, no creo que hoy fuésemos capaces de llegar mucho más lejos de todos modos —admitió Akame, pensando en la cantidad de kilómetros que todavía les separaban de Los Herreros.
Siguieron caminando mientras la kunoichi trataba de agarrar algo de uno de los bolsillos de su mochila. Cuando Akame vio de qué se trataba, sus ojos volaron fugaces hacia el mapa. Efectivamente, Eri parecía una ninja preparada; el Uchiha conocía a más de una y más de dos personas en Uzu que no habrían reparado en el detalle de llevar un mapa. Así pues, la ruta que la kunoichi le proponía parecía adecuada.
—Excelente idea, Eri-san. Creo que allí encontraremos lo necesario para descansar en condiciones y, sinceramente, no creo que hoy fuésemos capaces de llegar mucho más lejos de todos modos —admitió Akame, pensando en la cantidad de kilómetros que todavía les separaban de Los Herreros.