El chico se disculpó casi a la misma vez que la pelirroja, aunque éste lo hacía por el hecho de haberse explicado tan bien como un libro cerrado, lógicamente. Extrañamente, había comenzado a tratarla con cierta distancia, como si se tratase de una anciana o algún tipo de persona mayor al que tratas con cierto respeto, independientemente de si lo merece o no. La cuestión era que hacía a la pelirroja sentir hasta mayor, y no era para menos.
—¡Hey! ¡hey! ¡HEY! Para el carro, que casi parece que hables con una señora de 50 años... «Y aunque sea verdad, ofende.»
»Creía que me conservaba un poco mejor... ¿tan vieja se me ve?
Sabía que la respuesta no era ni por asomo un si, aunque mirandolo de manera subjetiva, realmente era mayor a él, y podía responderle con un incómodo si. Inmediatamente, Mogura afirmó su afinidad al ninjutsu médico, al parecer su familia siempre había servido a ése propósito, y esa especialidad era como un linaje además de la sangre y el apellido.
Aiko recalcó que ayudarle en tareas científicas o médicas sería una mala idea, por no decir nefasta, no tenía ni idea de como abordar el tema y seguramente estorbaría mas que un cangrejo en una piscina. Mogura no quiso insistir mas, le dio la razón a la pelirroja, pero eso sí, instigó que en otra ocasión quizás podía enseñarle el uso de todos esos cachivaches que llevaba en el improvisado botiquín. La chica sonrió, y afirmó con la cabeza.
—Si, estaría bien que en otra ocasión me muestres eso, pero hoy creo que ganaré la partida de dardos. —Afirmó, haciendo una mueca en que sacaba un poco la lengua, bromeando con su comentario.
»Bueno, ha sido todo un placer. Nos vemos. Se despidió la chica, pensando que la propuesta del joven había sido como su tentativa.
—¡Hey! ¡hey! ¡HEY! Para el carro, que casi parece que hables con una señora de 50 años... «Y aunque sea verdad, ofende.»
»Creía que me conservaba un poco mejor... ¿tan vieja se me ve?
Sabía que la respuesta no era ni por asomo un si, aunque mirandolo de manera subjetiva, realmente era mayor a él, y podía responderle con un incómodo si. Inmediatamente, Mogura afirmó su afinidad al ninjutsu médico, al parecer su familia siempre había servido a ése propósito, y esa especialidad era como un linaje además de la sangre y el apellido.
Aiko recalcó que ayudarle en tareas científicas o médicas sería una mala idea, por no decir nefasta, no tenía ni idea de como abordar el tema y seguramente estorbaría mas que un cangrejo en una piscina. Mogura no quiso insistir mas, le dio la razón a la pelirroja, pero eso sí, instigó que en otra ocasión quizás podía enseñarle el uso de todos esos cachivaches que llevaba en el improvisado botiquín. La chica sonrió, y afirmó con la cabeza.
—Si, estaría bien que en otra ocasión me muestres eso, pero hoy creo que ganaré la partida de dardos. —Afirmó, haciendo una mueca en que sacaba un poco la lengua, bromeando con su comentario.
»Bueno, ha sido todo un placer. Nos vemos. Se despidió la chica, pensando que la propuesta del joven había sido como su tentativa.