25/04/2017, 00:52
En teoría, al amanecer deberían de partir al encuentro con el dichoso artista, sencillo o al menos eso se suponía que sería.
Noemi como de costumbre se había tomado todo su tiempo del mundo antes de levantarse de su cama, para peinarse, luego darse un baño y una vez más peinarse. Tenían que agradecer que no se tomase las molestias de llevar a cabo todo su bendito ritual de belleza o partirían al atardecer.
Así que una vez peinada, vestida y con todas sus katanas atadas al cuerpo, la rubia bajó las escaleras no muy dispuesta a desayunar, después de todo era bastante estricta respecto a las comidas y demás o de lo contrario podría llegar a afectar a su supuestamente perfecta silueta. La que dicho sea de paso seguramente habría llamado la atención del artista en primer lugar.
Pero grande sería la sorpresa cuando la kunoichi tras alcanzar las puertas principales del establecimiento, allí no solo estaban los shinobis que había conocido la noche anterior, también había infinidad de personas que a juzgar por sus apariencias, traían de todo menos buenas noticias para aquellos cuatro y claro, ella al haber llegado tarde no tenía mucha idea de lo que ocurría así que se las arregló para acercarse al único que conocía. Akame.
—¿Se puede saber qué está pasando? —Preguntó por lo bajo la Sakamoto que se había ubicado justo detrás del Uchiha.
Noemi como de costumbre se había tomado todo su tiempo del mundo antes de levantarse de su cama, para peinarse, luego darse un baño y una vez más peinarse. Tenían que agradecer que no se tomase las molestias de llevar a cabo todo su bendito ritual de belleza o partirían al atardecer.
Así que una vez peinada, vestida y con todas sus katanas atadas al cuerpo, la rubia bajó las escaleras no muy dispuesta a desayunar, después de todo era bastante estricta respecto a las comidas y demás o de lo contrario podría llegar a afectar a su supuestamente perfecta silueta. La que dicho sea de paso seguramente habría llamado la atención del artista en primer lugar.
Pero grande sería la sorpresa cuando la kunoichi tras alcanzar las puertas principales del establecimiento, allí no solo estaban los shinobis que había conocido la noche anterior, también había infinidad de personas que a juzgar por sus apariencias, traían de todo menos buenas noticias para aquellos cuatro y claro, ella al haber llegado tarde no tenía mucha idea de lo que ocurría así que se las arregló para acercarse al único que conocía. Akame.
—¿Se puede saber qué está pasando? —Preguntó por lo bajo la Sakamoto que se había ubicado justo detrás del Uchiha.