26/04/2017, 19:20
(Última modificación: 26/04/2017, 19:21 por Uzumaki Eri.)
Y el oso pesó más que lo demás, y Nabi disipó toda esperanza de poder quedarse un rato más dialogando con él, así que con una sonrisa un poco triste, respondió:
— Recuerda que hace poco te dije que no sabía usarla bien, así que serás tu el que me enseñe. — Alegó, medio en broma medio en serio. — Espero tener esas clases cuando vuelva de la misión, me serán muy útiles.
Cambió el peso de su pie izquierdo al derecho mientras esperaba que él se lo tomase bien y que aceptase aquellas clases que decidieron tener juntos —Riko no contaba—, después de ello decidió decir sus últimas palabras antes de perderse por el gentío del mercado.
— Buenas noches, Nabi-san. — Se acercó un poco al chico, poniéndose de puntillas para depositar un suave beso en su mejilla izquierda, luego le dedicó una de las mejores sonrisas que tenía: la de felicidad, para marcharse con el oso Booh en su espalda y un agradable calor en el pecho. No dijo nada más después de besarle, ni de sonreírle, solo se dio la vuelta, y se marchó.
Aunque se marchó por la calle que había venido.
Ahora tendría que dar la vuelta por la otra calle para no quedar como una completa tonta.
«Cachis.»
— Recuerda que hace poco te dije que no sabía usarla bien, así que serás tu el que me enseñe. — Alegó, medio en broma medio en serio. — Espero tener esas clases cuando vuelva de la misión, me serán muy útiles.
Cambió el peso de su pie izquierdo al derecho mientras esperaba que él se lo tomase bien y que aceptase aquellas clases que decidieron tener juntos —Riko no contaba—, después de ello decidió decir sus últimas palabras antes de perderse por el gentío del mercado.
— Buenas noches, Nabi-san. — Se acercó un poco al chico, poniéndose de puntillas para depositar un suave beso en su mejilla izquierda, luego le dedicó una de las mejores sonrisas que tenía: la de felicidad, para marcharse con el oso Booh en su espalda y un agradable calor en el pecho. No dijo nada más después de besarle, ni de sonreírle, solo se dio la vuelta, y se marchó.
Aunque se marchó por la calle que había venido.
Ahora tendría que dar la vuelta por la otra calle para no quedar como una completa tonta.
«Cachis.»