3/05/2017, 01:40
La kunoichi había hallado el entretenimiento perfecto, algo que no exigía esfuerzo de ningún tipo y que podía hacerlo en prácticamente cualquier circunstancia sin importar lo que la rodease, lo único que llegaba a resultarle molesto eran los días con demasiada humedad que le afectaba para mal a su cabellera, pero como no era el caso la chica podía pasar el cepillo sin ningún tipo de dificultad una y otra vez aunque no fuese necesario.
La conversación de los otros dos ya le daba un poco lo mismo hasta que al final le dirigieron directamente la palabra. No se sabía siquiera el contexto, pero no se esforzaría por averiguar tampoco.
—A veces. —Respondió sin despegar su mirada de su cabello. —Por pensar así seguramente te habría podido matar antes de que cayeras en cuenta que soy una kunoichi. —Agregó con absoluta serenidad.
Y hasta cierto punto lo tenía comprobado, Haskoz al menos estuvo a su merced luego de un beso así que seguramente muchos otros hombres también. Puede que cambiando su vestimenta por una más casual fuese suficiente para pasar desapercibida como una pueblerina y no despertar sospechas de nadie.
La conversación de los otros dos ya le daba un poco lo mismo hasta que al final le dirigieron directamente la palabra. No se sabía siquiera el contexto, pero no se esforzaría por averiguar tampoco.
—A veces. —Respondió sin despegar su mirada de su cabello. —Por pensar así seguramente te habría podido matar antes de que cayeras en cuenta que soy una kunoichi. —Agregó con absoluta serenidad.
Y hasta cierto punto lo tenía comprobado, Haskoz al menos estuvo a su merced luego de un beso así que seguramente muchos otros hombres también. Puede que cambiando su vestimenta por una más casual fuese suficiente para pasar desapercibida como una pueblerina y no despertar sospechas de nadie.