5/05/2017, 21:02
Que Akame se tomase aquella copa era una cosa. Que lo hiciese sin protestar, sin presentar batalla, y aun por encima de un generoso trago, otra muy distinta. Cierto que luego tosió, como cualquiera haría —salvo probablemente él, en unos instantes— al dar su primer trago a un vaso de alcohol. Pero empezaba a sospechar que no conocía tan bien a su amigo como creía pensar.
Tampoco es que su compañero Uchiha fuese una persona muy abierta. Cambiaba el rumbo de la conversación cuando se entraba en terrenos demasiado pantanosos, demasiado… personales. Sin embargo, quizá en aquella fría noche primaveral fuese distinto, con la ayuda del milagroso alcohol, capaz de convertir al hombre más mudo de todo Oonindo en todo un charlatán. Él quería hablarle de Riko. De su futura partida. De sus problemas con Noemi. Quería interesarse por sus avances con Eri. Pero, en aquel momento, todo aquello pasó a un segundo plano. Ya tendría tiempo de preguntar. Toda una noche —o toda una vida, de no surgir la ocasión—. Ahora, lo único que le intrigaba era…
—Dime, ¿por qué bebes tú, Uchiha Akame? —¿Qué quieres olvidar?
Con aire indiferente, tomó la copa que le ofrecía Akame y la rellenó nuevamente. Era su turno. La tomó como un hombre, como un verdadero shinobi de Uzu de pelo en pecho, y, como si aquello solo fuese agua, dio un majestuoso y portentoso trago y…
—¡Puaj! —Uchiha Haskoz a punto estuvo de escupir todo el contenido. Tosió. No una vez como su compañero. Sino dos e incluso tres—. Por Amateratsu, esto arde como la lava de un volcán —alcanzó a decir, con ojos llorosos. Pero tendría que arder como las mismísimas entrañas de Amateratsu si querían que Uchiha Haskoz cejase en su empeño de terminarse la maldita botella aquella noche.
Estoico, rellenó la copa y se la pasó a su compañero.
Tampoco es que su compañero Uchiha fuese una persona muy abierta. Cambiaba el rumbo de la conversación cuando se entraba en terrenos demasiado pantanosos, demasiado… personales. Sin embargo, quizá en aquella fría noche primaveral fuese distinto, con la ayuda del milagroso alcohol, capaz de convertir al hombre más mudo de todo Oonindo en todo un charlatán. Él quería hablarle de Riko. De su futura partida. De sus problemas con Noemi. Quería interesarse por sus avances con Eri. Pero, en aquel momento, todo aquello pasó a un segundo plano. Ya tendría tiempo de preguntar. Toda una noche —o toda una vida, de no surgir la ocasión—. Ahora, lo único que le intrigaba era…
—Dime, ¿por qué bebes tú, Uchiha Akame? —¿Qué quieres olvidar?
Con aire indiferente, tomó la copa que le ofrecía Akame y la rellenó nuevamente. Era su turno. La tomó como un hombre, como un verdadero shinobi de Uzu de pelo en pecho, y, como si aquello solo fuese agua, dio un majestuoso y portentoso trago y…
—¡Puaj! —Uchiha Haskoz a punto estuvo de escupir todo el contenido. Tosió. No una vez como su compañero. Sino dos e incluso tres—. Por Amateratsu, esto arde como la lava de un volcán —alcanzó a decir, con ojos llorosos. Pero tendría que arder como las mismísimas entrañas de Amateratsu si querían que Uchiha Haskoz cejase en su empeño de terminarse la maldita botella aquella noche.
Estoico, rellenó la copa y se la pasó a su compañero.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado