7/05/2017, 10:10
Escuchó a Akame con atención, dispuesta a responder a su pregunta ajena a todo lo que se iba a desatar en aquel lugar en unos segundos...
Cuando escuchó algo, algo desde detrás de ella, se giró para comprobar qué acababa de ocurrir cuando el hombre que iba tapado de arriba a abajo se levantó, echándoles prácticamente la silla encima. Eri se cayó de culo contra el suelo al no estar del todo sentada en condiciones en su asiento mientras que sus ojos centelleaban al ver como la capa negra del desconocido ahora caía sobre ellos con una adición: estaba cubierta de llamas.
«¡Parece que quiere matarnos!»
Intentó desviar el trozo de tela, aunque desde el suelo no iba a ser tarea fácil, así que con sus pies movió la silla para que solo quedase encima de donde segundos antes había estado sentada. Se levantó lo más rápido que pudo y tiró el mueble, pisando la prenda en llamas para apagarla.
Cuando hubo hecho aquello, el lugar ya era un caos: gente peleándose, huyendo, el pobre posadero colérico al ver su local en problemas... Y el señor de la capa huyendo por una ventana.
«Un momento... Ese pelo...»
— ¡Akame-san! — Exclamó a su acompañante, luego comenzó a correr en dirección a la ventana donde se había escapado el causante del barullo olvidándose su mochila. Tomó propulsión con su mano buena —ganándose un profundo corte por culpa de los cristales— y cayó sobre el barro, tropezó pero logró mantener el equilibrio para seguir al que huía.
— ¡Espera! — Exclamó, intentando que unas palabras frenasen su huída.
Cuando escuchó algo, algo desde detrás de ella, se giró para comprobar qué acababa de ocurrir cuando el hombre que iba tapado de arriba a abajo se levantó, echándoles prácticamente la silla encima. Eri se cayó de culo contra el suelo al no estar del todo sentada en condiciones en su asiento mientras que sus ojos centelleaban al ver como la capa negra del desconocido ahora caía sobre ellos con una adición: estaba cubierta de llamas.
«¡Parece que quiere matarnos!»
Intentó desviar el trozo de tela, aunque desde el suelo no iba a ser tarea fácil, así que con sus pies movió la silla para que solo quedase encima de donde segundos antes había estado sentada. Se levantó lo más rápido que pudo y tiró el mueble, pisando la prenda en llamas para apagarla.
Cuando hubo hecho aquello, el lugar ya era un caos: gente peleándose, huyendo, el pobre posadero colérico al ver su local en problemas... Y el señor de la capa huyendo por una ventana.
«Un momento... Ese pelo...»
— ¡Akame-san! — Exclamó a su acompañante, luego comenzó a correr en dirección a la ventana donde se había escapado el causante del barullo olvidándose su mochila. Tomó propulsión con su mano buena —ganándose un profundo corte por culpa de los cristales— y cayó sobre el barro, tropezó pero logró mantener el equilibrio para seguir al que huía.
— ¡Espera! — Exclamó, intentando que unas palabras frenasen su huída.