7/05/2017, 20:29
—Ya, claro, y yo soy Uchiha Hazama.
Haskoz estalló en estruendosas carcajadas, eclipsando incluso la risa de su propio compañero, por la irónica frase que acababa de lanzar. Tenía que reconocer que el cabrón se ponía muy gracioso cuando bebía. Debería beber más a menudo.
—Creo que me entendiste al revés… —matizó, para luego hacer un ademán, como quitándole importancia. No quería desviarse de lo verdaderamente importante: su pregunta sobre Eri.
La respuesta no fue la que hubiese querido, pero era la que se imaginaba. Quizá Akame fuese un Devoralibros, el típico alumno que hacía los deberes y trabajos dos semanas antes de la fecha final de entrega, pero con las mujeres parecía ser más… paciente. Sin embargo, Eri era una de las chicas más guapas y —pese a que quizá ella no se diese cuenta— populares entre los varones. Mucho se temía que como fuese demasiado paciente alguien se le adelantaría. Algo que, como camarada y amigo, no podía ni pensaba permitir.
No mientras el corazón le siguiese latiendo en el pecho.
—Lo dije, Akame. Lo dije. Tan alto y claro como que tú te ocuparías de Riko —le observó, inquisitivo. Nunca creyó que Akame fuese de esos que iban repartiendo justicia por su cuenta, pero tras ver lo que le hizo a Chokichi… ya no lo tenía tan claro—. Y sí, claro que pedí información. Pero verás, resulta que Noemi no era tan amiga suya como pensaba. Dice que sí lo son, pero… —esbozó una mueca irónica—. Creo que no se ven desde la graduación como Gennins, así que ya me contarás…
Su mano, como el de un borrachuzo de toda la vida, se lanzó a por su presa: la botella que sujetaba Akame. Acercó la boca de la botella al ojo, y, cuando su visión se estabilizó y dejó de ver doble, comprobó que ya no quedaba mucho contenido.
Lo cual era una auténtica tragedia.
Irritado, se levantó. El mundo bajo sus pies pareció moverse, y a punto estuvo de caerse al suelo. Aquello tenía una razón, un motivo que todo borracho de pueblo sabía: no había bebido lo suficiente. Dispuesto a ponerle remedio rápidamente, empinó la botella y dio un generoso trago. La cabeza le daba vueltas y a punto estuvo de caerse otra vez. Pero se sentía pletórico, imparable. Con la sensación de que, hiciese lo que hiciese aquella noche, e intentase lo que intentase, todo le saldría bien.
—¡Oie! —exclamó de pronto, repentinamente lúcido—. V-vamosh a verla. A shu casa. Aquí y ahora. ¿Hay huevos o no los hay?
Akame sobrio era una cosa. Pero Akame borracho era otra muy distinta. Divertido, gracioso, abierto a explorar un mundo nuevo de posibilidades. Parecía hasta más…
… Se sacudió la cabeza, quitándose aquella idea extraña de la cabeza. Pero lo que estaba claro era que su compañero necesitaba un pequeño empujoncito, y él estaba dispuesto hasta tirarle desde un acantilado para ayudarle.
Tal era el aprecio que le tenía.
Haskoz estalló en estruendosas carcajadas, eclipsando incluso la risa de su propio compañero, por la irónica frase que acababa de lanzar. Tenía que reconocer que el cabrón se ponía muy gracioso cuando bebía. Debería beber más a menudo.
—Creo que me entendiste al revés… —matizó, para luego hacer un ademán, como quitándole importancia. No quería desviarse de lo verdaderamente importante: su pregunta sobre Eri.
La respuesta no fue la que hubiese querido, pero era la que se imaginaba. Quizá Akame fuese un Devoralibros, el típico alumno que hacía los deberes y trabajos dos semanas antes de la fecha final de entrega, pero con las mujeres parecía ser más… paciente. Sin embargo, Eri era una de las chicas más guapas y —pese a que quizá ella no se diese cuenta— populares entre los varones. Mucho se temía que como fuese demasiado paciente alguien se le adelantaría. Algo que, como camarada y amigo, no podía ni pensaba permitir.
No mientras el corazón le siguiese latiendo en el pecho.
—Lo dije, Akame. Lo dije. Tan alto y claro como que tú te ocuparías de Riko —le observó, inquisitivo. Nunca creyó que Akame fuese de esos que iban repartiendo justicia por su cuenta, pero tras ver lo que le hizo a Chokichi… ya no lo tenía tan claro—. Y sí, claro que pedí información. Pero verás, resulta que Noemi no era tan amiga suya como pensaba. Dice que sí lo son, pero… —esbozó una mueca irónica—. Creo que no se ven desde la graduación como Gennins, así que ya me contarás…
Su mano, como el de un borrachuzo de toda la vida, se lanzó a por su presa: la botella que sujetaba Akame. Acercó la boca de la botella al ojo, y, cuando su visión se estabilizó y dejó de ver doble, comprobó que ya no quedaba mucho contenido.
Lo cual era una auténtica tragedia.
Irritado, se levantó. El mundo bajo sus pies pareció moverse, y a punto estuvo de caerse al suelo. Aquello tenía una razón, un motivo que todo borracho de pueblo sabía: no había bebido lo suficiente. Dispuesto a ponerle remedio rápidamente, empinó la botella y dio un generoso trago. La cabeza le daba vueltas y a punto estuvo de caerse otra vez. Pero se sentía pletórico, imparable. Con la sensación de que, hiciese lo que hiciese aquella noche, e intentase lo que intentase, todo le saldría bien.
—¡Oie! —exclamó de pronto, repentinamente lúcido—. V-vamosh a verla. A shu casa. Aquí y ahora. ¿Hay huevos o no los hay?
Akame sobrio era una cosa. Pero Akame borracho era otra muy distinta. Divertido, gracioso, abierto a explorar un mundo nuevo de posibilidades. Parecía hasta más…
… Se sacudió la cabeza, quitándose aquella idea extraña de la cabeza. Pero lo que estaba claro era que su compañero necesitaba un pequeño empujoncito, y él estaba dispuesto hasta tirarle desde un acantilado para ayudarle.
Tal era el aprecio que le tenía.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado