7/05/2017, 23:50
«¿Está... Borracho?»
Gracias a la poca luz que alumbraban las luces de su barrio, pudo contemplar como los ojos de Haskoz no estaban del todo normales: estaban rojos, y sus pupilas muy dilatadas, algo no muy usual en él por lo que había visto en la academia. Pero ella no era quien para juzgar a un compañero, ella tenía que ayudarlo si lo necesitaba.
Asintió ante las palabras del joven, y cuando mencionó a Akame la joven no pudo evitar virar la vista hacia abajo, por la ventana; para ver si lo vislumbraba, pero no pudo ver nada ya que el cuerpo del Uchiha peliblanco tapaba la mitad.
— ¿Algo que decirme? Debe ser muy importante para venir a estas horas... — Hablaba mientras parpadeaba varias veces, por si podía perder el sueño. — ¿Queréis que baje...? No tienes buena pinta, Haskoz-kun, ¿queréis una bebida caliente o algo?
La muchacha lo miró de nuevo, era muy extraño lo que estaba sucediendo, pero algo le incitaba a seguir; y eso era extraño.
— Baja con Akame-san, Haskoz-kun; ahora bajo yo, no os preocupéis. — Alegó con una sonrisa en el rostro.
Gracias a la poca luz que alumbraban las luces de su barrio, pudo contemplar como los ojos de Haskoz no estaban del todo normales: estaban rojos, y sus pupilas muy dilatadas, algo no muy usual en él por lo que había visto en la academia. Pero ella no era quien para juzgar a un compañero, ella tenía que ayudarlo si lo necesitaba.
Asintió ante las palabras del joven, y cuando mencionó a Akame la joven no pudo evitar virar la vista hacia abajo, por la ventana; para ver si lo vislumbraba, pero no pudo ver nada ya que el cuerpo del Uchiha peliblanco tapaba la mitad.
— ¿Algo que decirme? Debe ser muy importante para venir a estas horas... — Hablaba mientras parpadeaba varias veces, por si podía perder el sueño. — ¿Queréis que baje...? No tienes buena pinta, Haskoz-kun, ¿queréis una bebida caliente o algo?
La muchacha lo miró de nuevo, era muy extraño lo que estaba sucediendo, pero algo le incitaba a seguir; y eso era extraño.
— Baja con Akame-san, Haskoz-kun; ahora bajo yo, no os preocupéis. — Alegó con una sonrisa en el rostro.